Hay que reconocer que muchos interiorismo bohemios, boho chic o gipsy resultan muy dramáticos, muy teatrales, pero poco realistas. No podemos afrontar la vida diaria con un espacio lleno de colores brillantes de lentejuelas, flecos, madroños, alfombras sobre kilims o kilims sobre jarapas e infinidad de objetos colgados.
Sería imposible de limpiar y nos volveríamos locos. Una cosa es darle un ambiente un poco bohemio a una estancia para personalizarlo y otra es convertir el dormitorio en la caravana de Zorba, el vidente.
Minimalismo bohemio, si se puede
No sé en qué manual dice que las casas bohemias tienen que estar super recargadas, en algunos ejemplos vemos que el minimalismo boho existe.
Jugando con el diseño
Sillas de diseño escandinavo, tapizadas con textiles imposibles. Una fusión de épocas y estilos, sed atrevidos pero con cabeza, si a la primera no lo veis, no forcéis... hay que fiarse siempre de la intuición.
Un toque étnico siempre está bien
Un objeto que os enamoró en un bazar oriental, una hamaca comprada a un artesano en Iberoamérica o pinturas sobre hojas de tabaco... si te apasionaron seguro que puedes integrarlas para crear una atmófera especial.
Textiles artesanos, volviendo a los orígenes
Unos cojines que parecen sacados de los muleros extremeños del siglo XIX, un tejido batik o siguiendo las técnicas ancestrales japonesas enmarcado o colgando en modo tapiz... vuelve a los orígenes, cuando todo se hacía a mano con un mimo inigualable.
No olvidarnos de los elementos naturales
Plantas, ramas secas como colgadores, baldas de madera natural, flores secas, muebles DIY... usa toda tu creatividad para personalizar tu casa.
5 claves para crear una atmósfera personal y diferente, sin que parezca un decorado.
Imágenes | Lady Flahsback, Rue Mag
En Decoesfera | Un châteu renovado con espíritu bohemio