Imagina, estás pensando en buscar un alojamiento en el que poder vivir durante los nueve meses en los que tu casa va a estar de obras, y entonces, tu diseñador, te propone crearte un precioso estudio situado sobre el garaje para que tengas que trasladarte a otro sitio. Suena bien, ¿verdad?
Esto es lo que le propuso la diseñadora Karin Montgomery a sus dos clientes antes de comenzar a reformarles una casa de comienzos del siglo XX en Auckland. Y además, con la promesa de que no les costaría mucho más dineo de lo que podría costarles un alquiler. Y dicho y hecho.
El garaje tiene un altillo que probablemente sería el sueño de cualquiera de nosotros. Con un tejado a dos aguas, este espacio de poco más de 30 metros cuadrados tiene dos ventanas y dos tragaluces.
Una pequeña pared en el centro, colocada a modo de gran columna divide la zona del dormitorio del cuarto de estar y sirve de apoyo a la cocina hecha a medida y en la que se han reutilizado los azulejos que los propietarios tenían guardados de otra casa anterior.
Para dar amplitud a un espacio tan pequeño, la diseñadora optó por una paleta de colores claros con el blanco como gran protagonista, dándole un estilo nórdico muy atractivo por su simplicidad.
Para aprovechar los espacios, en el perímetro del tejado a dos aguas han colocado armarios bajos de madera pintados en blanco, con el fin de aprovechar los espacios en los que es imposible habitar por el tema de la altura.
En fin, un espacio en el que como podéis comprobar se ha aprovechado hasta el más mínimo detalle, y que además, tras acabar las obras, se ha quedado como cuarto de invitados de la casa principal. Pudiendo dormir en espacios así, da gusto que te te inviten, ¿verdad?
Vía | Remodelista
En Decoesfera | De garaje abandonado a preciosa casa de jardín
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