Un luthier es un artesano que hace, restaura y arregla instrumentos de cuerda frotada, es decir, violines, violonchelos, guitarras, violas y contrabajos. Un oficio artesanal que no es habitual encontrar, al menos en Madrid. La semana pasada acudía a un evento en la Plaza de la Encarnación, cuando al pasar por detrás del Senado, me atrajo una tiendecita que junto a la puerta tenía una silla de madera antigua con la enea rota y en el agujero una planta.
Normalmente, los espacios para trabajar que publicamos en Decoesfera pertenecen a grandes empresas, tecnológicas, creativas, de fama mundial y gran éxito. Grandes espacios decorados por interioristas de prestigio, y sin embargo, hoy se trata de un pequeño taller, donde el cartel rústico de Luthier, iluminado por el sol, me pareció una señal para entrar en tan curioso establecimiento. Nunca me había imaginado cómo está decorado el taller de un luthier.
Un maestro luthier es un artista y como tal, aunque no sean objetos de adorno, cada instrumento, cada pieza desmontada, preparada para ser tallada y cada herramienta, colgada por las paredes, en los armarios o en trípodes en el suelo, parecen estar colocados allí para deleite del visitante.
Un enorme y colorido cuadro me llama la atención, parece que no debería "pegar" en ese ambiente y, sin embargo, se complementa con el resto del taller. Fernando Muñoz Aladro, el maestro, me explica que todos los cuadros que se exhiben en el taller son obra de su mujer Cristina Díaz de Rada. Sorprendentes por la cantidad y la calidad de colores. Casi murales que llaman la atención más, si cabe, por la madera que vemos por todas partes.
Gubias, limas, escofinas, garlopines, bastrenes Clifton,nombres desconocidos hasta ese momento, herramientas de por si decorativas, están dispuestas por las paredes. El taller es recoleto, Fernando no necesita más para elaborar maravillosos instrumentos de los que arrancan las melodías más bellas.
No hay columpios, toboganes, máquinas tragaperras ni nada que sirva de distracción, sólo unas manos, música y ancestrales herramientas. Un ligero olor a madera lijada y barniz y es que hay espacios para trabajar que no necesitan más que paciencia y el buen hacer del artesano.
Hay espacios para trabajar donde las diferencias con los talleres originales de los maestros de antaño, estriba solamente en parte del mobiliario como en este taller de luthier en Madrid.
Imágenes | Maria SJB para Decoesfera En Decoesfera | Espacios para trabajar
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