Nos acercamos al fin de semana, y si eres de Madrid, o si estás de visita en la capital española, aquí tienes una sugerencia para comer, cenar o tomar un café si buscas un sitio agradable, con buena gastronomía y un interiorismo impecable: La creme de la creme. Sin duda, el nombre de este restaurante que abre sus puertas en el barrio de Chueca desde hace algo más de un año, es toda una declaración de intenciones.
El restaurante ha sido decorado por el arquitecto e interiorista Jean Porsche, y está diseñado para sorprender gracias a la mezcla de lo antiguo con lo moderno, aunque con un gusto exquisito. El espacio, sometido a una profunda reforma antes de su apertura, fue pensado con aires art deco tropical de Miami con palmeras y abundante color gracias a los llamativos revestimientos de suelos y paredes.
Durante la reforma se apostó por mantener algunos elementos antiguos del local, como es el caso de las preciosas cúpulas de pan de oro del techo, o las elegantes columnas de forja, tan habituales en esta zona del centro de Madrid.
Los contrastes entre tonos claros y oscuros, una iluminación muy cálida y la mezcla de antigüedades y muebles traídos desde distintos puntos de España, Holanda, Francia o Portugal son las señas de identidad de este local. Entre los muebles traídos de fuera, destacan por ejemplo unas sillas de bambú traídas desde Amberes.
Una de las cosas más llamativas de La creme de la creme son las enormes jaulas que decoran la entrada del local, en la que en lugar de pájaros, hay encerrados delicados platos y tazas de té. Unas jaulas que dan un aspecto romántico al local, y que fueron uno de los motivos por los que entré a este restaurante, ya que reconozco que me encantan las jaulas para usarlas en decoración.
En esta misma zona también destacan unas contraventanas en madera en un tono turquesa y que han sido dispuestas contra la pared, danto un suave y agradable toque de color a esta zona del restaurante, y unas preciosas lámparas diseñadas por el propio Jean Porsche partiendo de la base de unas lámparas de tulipas de latón traídas desde un anticuario francés.
Tras la zona del restaurante, queda un último espacio por descubrir en La creme de la creme; el reservado que ya llama la atención desde que entras gracias a los tonos grises y mostaza que le aporta un increíble papel de Gastón y Daniela, en el que destaca una antigua chimenea traída desde Inglaterra, unos espejos colocados sobre ella que han llegado a Madrid procedentes de Francia o un llamativo suelo de baldosa hidráulica. Un lugar más para apuntar en nuestra guía de espacios cuquis perfectos para pasar una velada agradable rodeados de una decoración que marca la diferencia respecto a otros restaurantes.
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