Me encantaría que en mi ciudad existiera un lugar así. Un lugar de diseño en el que comer, escuchar música clásica mientras tomas un té, y que además acogiera exposiciones. Un espacio polivalente que me tiene atrapado y que se llama Artte. Sin duda, toda una declaración de intenciones sobre la filosofía de esta mezcla de salón de té, bistró y espacio cultural situado en el Eixample barcelonés.
Y encima, y para terminar de darle el toque definitivo, el interiorismo lleva la firma del estudio de Lázaro Rosa Violant ¿Qué más se puede pedir? El espacio en el que abre sus puertas Artte está lleno de luz gracias a un amplio lucernario, y eso también es de agradecer. En sus 400 metros cuadrados, este establecimiento ubicado en un antiguo almacén tiene una atmósfera moderna y agradable y llena de detalles y de elementos decorativos que lo convierten en un lugar único.
Por ejemplo, una de las partes que más me han gustado por su originalidad y por el encanto que tiene es el conjunto de esta barra. Además de la luminosidad que desprende esta zona, sorprende cuando llegas una fantástica instalación realizada con puertas antiguas de distintos inmuebles de Barcelona revistiendo las paredes y el techo sobre la barra. Los taburetes son igualmente llamativos, haciendo un guiño a las antiguas sillas de barbero.
Respecto a lo que es la sala del bistró, cubierto por un gran lucernario traslúcido que deja pasar la luz natural, entre un revestimiento para las paredes que imita el ladrillo en blanco roto y los espejos con carpintería negra para dar amplitud al espacio, Lázaro Rosa Violán ha instalado bajo estos últimos unos gigantescos sofás Chester en piel marrón combinados con unas elegantes butacas tapizadas en terciopelo en tono turquesa, además de otros estilos de sillas en blanco y negro, siguiendo los colores de la sala.
Para iluminar el bistró, unos farolillos con globo de papel de aire oriental nos recuerdan que en Artte ofrecen más de 70 variedades diferentes de té. Para contrastar, y dar el toque industrial, sobre una gran mesa corrida hay dos lámparas con forma de embudo o de trompeta en tono verde.
Y ya que hablamos de lámparas, también son reseñables las dos lámparas que hay situadas sobre la mesa de experimentación, junto a la tienda en la que venden el té. Dos lámparas que están diseñadas con jarritas, teteras y tazas y de porcelana que llaman la atención por su tamaño y por su originalidad.
Además, en la pared, hay una instalación de alambiques que decoran y que nos hacen sentir que estamos en un laboratorio, en un guiño a la mesa de experimentación sobre la que se sitúan las lámparas con la vajilla.
Para acabar, no podíamos dejar de hablar de los baños de este bistró-salón té-tienda. Un espacio que destaca por sí mismo gracias a la decoración y a la presencia de elementos como los grupos de vasijas que componen los lavabos, o a los conductos de cobre que quedan a la vista y que contribuyen a dar personalidad a este lugar lleno de magia y de diseño.
Más información | Artte
Fotografías | Artte | Lázaro Rosa Violán
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