No voy a negar que me esta entrando un poco la fiebre del bricolaje de tanto tener que montar las cosas en mi nueva casa, pero mucho me temo que nunca tendré la capacidad de transformar un antiguo autobús en un despacho para casa.
Se desconoce quien ha sido el artista capaz de coger un autobús desvencijado y adaptar su cabina para que sea un lugar agradable en el que trabajar en casa. Lo único que se sabe es que es húngaro, y que domina el bricolaje nivel Chuck Norris.
Seguro que os ha sorprendido el resultado, ya que se ha cogido solo parte de la cabina para adaptarla a una esquina de la habitación y en su interior habilitar una zona de trabajo, con su mesa, su silla, sus pantallas de ordenador… Una oficina en miniatura; un poco de intimidad y un sitio donde concentrarse sin dejar de estar visualmente conectado con el resto del espacio.
Lo único que me preocupa es que, aunque la habitación parece grande, la cabina del autobús llame demasiado la atención, y se convierta más en una ostentación de la habilidad del dueño que en algo que realmente encaje en la decoración. Tal vez lo vería más en un espacio más amplio, como en el salón de un loft, creando un rincón donde concentrarse, que aquí, en medio de un dormitorio de techos bajos.
¿Qué opináis vosotros? ¿Os gustaría trabajar en la cabina de un autobús húngaro de los años 70?
Vía | Freshome
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