En un mundo ideal, mi mesa de trabajo estaría despejada de papeles y en ella solo estarían mi ordenador, mi teclado, mi ratón y alguno de estos accesorios minimalistas para el escritorio. Desafortunadamente ahora mismo es un vórtice de entropía, así que voy a evadirme un poco compartiendo estas delicias con vosotros.
Los que veis en la imagen principal son de Pulp, en cuya colección podemos encontrar auténticas joyas, como distintos blocs de mesa con sitio para colocar los lápices, el sacapuntas, la goma de borrar e incluso unos clips, pero no es lo único que os tengo preparado.
También me gusta muchísimo este organizador de escritorio, en el que colocar los lápices y bolígrafos que más utilizamos de forma clara y limpia. Es mucho más práctico que un bote, en el que siempre acaba cundiendo el desorden y nunca aciertas a coger el que buscas. Además, si también eres exquisito a la hora de escoger los bolígrafos, puede quedar precioso en la mesa.
El precio del bloc de notas, que incluye también los lápices, las gomas y otros complementos, es de unos 50 euros al cambio —varía un poco dependiendo del modelo— gastos de envío a todo el mundo incluidos —esto sí que es una sorpresa— mientras que el organizador cuesta 43 euros al cambio.
Muy bonitos, diréis, pero yo quiero algo realmente minimalista. De acuerdo, aquí os presento Rolu.
Creado por Chiaki Murata, uno de los diseñadores más reconocidos de Japón, Rolu es un bloc de notas infinito, como un rollo de papel higiénico, que espera sobre nuestra mesa para que tiremos de él y apuntemos aquello que necesitemos, ya sea una idea o un número de teléfono.
Incorpora perforaciones cada diez centímetros para poder cortar las notas fácilmente y su peso es la clave de su sencillo e ingenioso funcionamiento. Y si me permitís una sugerencia, acompañadlo en la mesa con otra creación de Murata, el bolígrafo Corda, que se mantiene en pie elegantemente a la espera de que lo necesitemos.
Ambos están disponibles en tres colores: blanco, como no podía ser de otra manera, negro, que también es muy minimalista, y naranja, por si necesitamos darle una nota de color a la mesa. Su precio es una incógnita para mi, aún no leo el japonés fluído.
Ya por último, llegamos al minimalismo más radical de la mano de la diseñadora suiza Marie Schenker que ha reducido un dispensador de celo a la mínima expresión. Tengo mis dudas sobre lo cómodo que será de usar —normalmente son pesados para poder cortar celo con una mano— pero desde luego que es atractivo.
Espero que os haya gustado esta colección de accesorios minimalistas para el escritorio. A mí me ha inspirado a despejar mi mesa de trabajo y así tener una excusa para comprarme alguno de ellos, porque ahora mismo no tendría ni donde colocarlos, y eso que mi mesa es más bien grande.
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