Las botellas vacías dan mucho juego en decoración, en Decoesfera hemos visto muchos ejemplos de ello, y de entre todas las botellas, las que más me gustan a la hora de sacarles partido para decorar son las de sidra, que con su profundo color verde y su estilizada forma, componen bonitos conjuntos mientras filtran la luz de manera misteriosa. En algunos restaurantes vascos y asturianos aprovechan las posibilidades decorativas de estos envases utilizándolos de manera activa en lámparas, muros o simples adornos. De paso, aportan un carácter personal y autóctono a los locales.
No hace mucho tiempo tuve el placer de encontrar unas paredes llenas de estas botellas, combinadas con palés pintados en blanco, y esta semana pasada tuve ocasión de ver otro buen ejemplo de decoración basada en el reciclaje de botellas, con muy buenos resultados.
La lámpara que nos ocupa está situada en un contexto muy apropiado, un restaurante vasco de esmerada decoración, en el que se han aprovechado algunos otros elementos cotidianos para integrarlos en ella. De sencilla realización, quizá lo más complicado de encontrar sea la pieza de madera que forma el cuerpo principal. Gruesa y pesada, parece ser una traviesa de ferrocarril cortada a medida. De ella pende una formación de botellas alineadas a los lados, cubriendo todo el perímetro y unidas a la estructura por unos herrajes bastante fáciles de encontrar en ferreterías.
En el centro de la pieza de madera se ha hecho un agujero por el que se pasa el cable eléctrico para colocar un casquillo con su correspondiente bombilla. La sujeción de la lámpara al techo es muy sólida, realizada con cadenas de hierro que la sujetan firmemente a las vigas de madera.
El resultado es una lámpara original y rotunda, hecha con materiales de deshecho y que emite una luz íntima y sosegada. Quizá para evitar que el polvo y los insectos puedan acumularse en su interior, sería bueno sellar de alguna manera imperceptible las bocas de las botellas.
Por supuesto, esta lámpara deberá ir situada en un contexto adecuado, una casa de campo o una decoración rústica serán marcos muy apropiados, pero también la imagino en un loft amplio y blanco, donde el contraste sería muy favorecedor.
El material necesario es el siguiente: 20 botellas de sidra vacías, una pieza de madera gruesa, 20 soportes de ferretería, varios metros de cadena de hierro, cable eléctrico y un casquillo.¿Alguien se atreve?
¿Dónde?
En el restaurante La Pantxorga
Carretera M-607 Km 18
FFCC El Goloso 28049- Madrid
En Decoesfera | Decoración en la calle
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