El pabellón de Barcelona de Mies Van der Rohe como nunca lo hubieras imaginado

El pabellón de Barcelona de Mies Van der Rohe como nunca lo hubieras imaginado
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Reconozco que me he llevado cierta impresión al ver esta imagen pensando por un momento que la transformación del pabellón de Barcelona de Mies era real. Y sí, la transformación del pabellón es real, pero afortunadamente también es efímera.

A partir del 27 de noviembre el pabellón recuperará su aspecto original, pero de momento se puede disfrutar de la instalación efímera que los arquitectos Anna & Eugeni Bach, han llevado a cabo invitados por la Fundación Mies Van der Rohe.

La Fundación ya había trabajado antes con arquitectos como SANAA, Jeff Wall, Ai Weiwei, Enric Miralles, Andrés Jaque o Antoni Muntadas para llevar a cabo instalaciones en el pabellón.

Este año Anna & Eugeni Bach han sido los encargados de transformar el Pabellón Mies van der Rohe con su proyecto “mies missing materiality”.

Y eso es exactamente lo que han hecho. La transformación ha convertido el Pabellón Mies van der Rohe en "una maqueta a tamaño real, vistiéndolo con un único material uniforme para desnudarlo de toda su materialidad."

En palabras de los autores Anna & Eugeni Bach, "Lo que se ha hecho es revestir todo el espacio con vinilos blancos. Con esta sencilla acción, el Pabellón se convierte en una maqueta a escala 1:1, una representación de él mismo que abre la puerta a múltiples interpretaciones sobre aspectos como el valor del original, el papel de la superficie blanca como imagen de la modernidad, o la importancia de la materialidad en la percepción del espacio.

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El Pabellón de Barcelona sobre el que actuamos es una reconstrucción; una réplica tan fidedigna del original, que a menudo cuesta recordar su verdadera naturaleza. Un edificio que debía ser temporal quedó inmortalizado en primera instancia por el relato escrito del movimiento moderno, y más adelante, por su propia reconstrucción.

Convertir el Pabellón en una maqueta, con todas sus superficies limitadas a un único material, tan blanco como indeterminado, pone en evidencia el papel representativo del edificio; tanto el del original, como símbolo nacional, como el de la réplica, en representación del primero. El Pabellón será, durante un tiempo, la maqueta a escala 1:1 de la réplica del pabellón temporal más longevo de la arquitectura moderna.

Proveer al Pabellón de Barcelona de esa blancura homogeneizadora significa dotarlo de una de las características definitorias de la historiografía moderna -que no de la modernidad- aunque al mismo tiempo, signifique despojar al Pabellón de su materialidad, de su carácter único; aquél que precisamente lo erigió en icono del mismo movimiento moderno.

La instalación convierte esta paradoja en vivencia. Permite al visitante plantearse éstas y más reflexiones a través de su propia experiencia en un Pabellón que, por unos días, perderá todo rastro material para, así, asumir todo su potencial representativo.”

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Recordemos como señalan los artistas que los materiales son los auténticos protagonistas del pabellón original y, por tanto el de su réplica que está formado de cristal, acero y cuatro tipos distintos de piedra (travertino romano, mármol verde de los Alpes, mármol verde antiguo de Grecia y ónice dorado del Atlas).

La singularidad y el éxito que convertieron al pabellón en una obra simbólica del Movimiento Moderno, es precisamente la estudiada disposición y geometría de esos materiales. En su colocación Mies tuvo en cuenta todos los detalles como los dibujos o vetas naturales del mármol hasta el reflejo que los mismos producían en el agua.

De ahí que esta intervención sea una interesante osadía que, gracias a Dios, es efímera.

Vía Architectmagazine.com

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