Un clásico del invierno: hace frío, mucho frío. Hasta es noticia en los informativos; aunque entra dentro de lo previsible y en estas latitudes es lo que toca, no deja de sorprendernos. Con las orejas a punto de romperse al más leve toque y la nariz colorada como un pimiento, que bien nos vendría una chimenea cerca...
Yo siempre he querido tener una, pero nunca he visto la manera de poder hacer una instalación en mi casa. La entrada en el mercado de los quemadores de alcohol está dando unos frutos muy deseados, con chimeneas ligeras y fáciles de instalar, que no necesitan tiro ni complejas obras.
La chimenea Cupola de Vauni ya reconforta solo con mirarla. Desde luego no se puede decir que su diseño nos deje indiferentes, alejada por completo de la típica chimenea de pared y también de los más vanguardistas fogones exentos. La impresión de ligereza es grande, la carcasa semi esférica de aluminio no es que parezca suspendida de la pared, es que en realidad lo está, ya que no requiere mayor instalación pues funciona con un quemador de etanol.
Su porte es casi escultórico, de manera que incluso apagada decora y no molesta. Desde luego no es apta para hogares clásicos, pero es un buen elemento de impacto para casas de corte moderno e incluso minimalista. No apta para todos los bolsillos, ya que su precio, 1840 euros, la convierte en un capricho.
Habrá a quien le recuerde a un mingitorio, para que negar que sus formas lo asemejan, pero ya son ganas de sacar punta a las cosas. Yo no he dicho nada...
Vía | Embelezzia Más información | Vauni En Decoesfera | Chimeneas decorativas para el salón
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