El buen tiempo, las vacaciones y las ganas de disfrutar invitan a pasar tiempo al aire libre con familiares y amigos. Si tienes una terraza grande o un pequeño jardín es el momento de sacarle el máximo partido y exprimir las noches de verano, cocinando y saboreando platos, bajo las estrellas.
Para que el aprovechamiento sea óptimo, los expertos en materiales de exterior del Instituto Silestone marcan tres aspectos clave para diseñar una cocina al aire libre que en el tiempo y que resulte acogedora y funcional, siempre en la búsqueda del máximo bienestar.
Elige bien los materiales
Al tratarse de un espacio exterior, es recomendable hacer un exhaustivo análisis de los materiales que se desea incorporar en la terraza o en el jardín, ya que estarán expuestos a las diferentes condiciones climatológicas propias de la zona en la que se encuentre la vivienda. Así pues, para poder elegir correctamente, hay que tener en cuenta una serie de factores: zona de la vivienda, playa o montaña; la función del espacio, si va a ser únicamente para cocinar, si tendrá una zona de comedor o descanso; condiciones del lugar, si estará cubierto o descubierto...
Si la terraza se encuentra, por ejemplo, en una zona de playa es recomendable no utilizar metales ya que se pueden ver afectados por la corrosión propia del salitre del mar. Una buena elección tanto para zonas de playa como de montaña es utilizar para la encimera materiales de última generación como la piedra sintética Dekton, que por sus propiedades presenta gran resistencia a los rayos UV, al calor y al fuego, al hielo y al deshielo, así como a las rayaduras y manchas. Una buena idea puede ser extender esa misma encimera para formar una barra y en espacios grandes podemos añadir una mesa y sillas de madera de teca, que son una buena opción gracias a su resistencia al salitre y a los cambios de temperatura.
Cuida el espacio de almacenamiento
Tras elegir los materiales, llega el momento de pensar y diseñar el espacio de almacenamiento de la cocina exterior. Aprovechar al máximo el espacio, para guardar la vajilla, cubertería y alimentos, y evitar así viajes innecesarios al interior de la vivienda.
Una forma muy útil de explotar el hueco bajo la encimera es la instalación de cajones y armarios. Si se trata de un espacio pequeño, los cajones de bisagras permitirán utilizar hasta el último centímetro del mueble. Tan importante como el mobiliario de almacenamiento es la instalación de una nevera, ya sea grande o pequeña, que permita mantener los alimentos a la temperatura adecuada, para evitar su contaminación y tener las bebidas listas para recibir a los invitados.
Define el estilo y el ambiente
Una característica de los días de verano es que son mucho más largos. Para disfrutar, aún más de la terraza busca rincones y espacios que puedes convertir en lugares de relajación, con cojines amplios con tejidos impermeables y resistentes a la intemperie. En cuanto a los colores, elige tonos claros y neutros que te permitan combinarlos con otros estampados más llamativos y coloridos según la temporada.
Otro detalle importante es que la terraza cuente con una buena iluminación para cenar, por lo que es recomendable utilizar iluminación ambiental e indirecta, como pueden ser las guirnaldas de led. Además, se recomienda instalar un par de focos en la zona de cocina para tener mayor cantidad de luz en el momento de preparar y servir los platos.
Siguiendo estos sencillos consejos y dando rienda suelta a tu imaginación con los elementos decorativos, tonalidades y estampados de las telas, podrás empezar a disfrutar de cocinar al aire libre.
Más información | Instituto Silestone
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