Aunque pueda sonar a frivolidad, lo cierto es que nada hace más grande a un icono de la cultura que una muerte prematura y si es en circunstancias traumáticas más aún. Baste recordar los casos de James Dean, Kurt Cobain o Marilyn Monroe, por citar solo a algunos de los más conocidos. A ellos ha venido a sumarse, en julio de este mismo año, la cantante británica Amy Winehouse. Desde ese momento no han dejado de aparecer objetos que la recuerdan y que son rápidamente adquiridos por sus incondicionales.
El mundo de la decoración tampoco ha sido ajeno a este "boom". Lo último en aparecer es la "Lámpara Amy", que comercializa la firma portuguesa Delightfull, especializada en luminarias de diseño, realizadas de manera artesanal. La lámpara Amy es una pieza sumamente elegante, con personalidad, que reproduce en su pantalla de color negro el característico peinado de la artista británica.
Se presenta en dos versiones: de pie y de mesa y, al contrario de lo que sucede con otros productos, que tienen una vida fugaz porque solo buscan una rentabilidad inmediata, aprovechando las circunstancias, la lámpara Amy es un objeto hecho para perdurar, por su diseño, su elegancia y por su carácter atemporal, más allá del recuerdo a la gran diva que la ha inspirado. Es, además, una pieza que conjuga perfectamente con cualquier estilo decorativo. Yo me pido una.
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