La iluminación está viviendo una revolución en aras de una mayor sostenibilidad. Ya hace unos meses desaparecieron de los comercios las bombillas de filamento de 100W, y así sucesivamente se irán eliminando todas, viéndose sustituidas por lámparas de bajo consumo o LED’s. Dicen que hecha la ley, hecha la trampa, y en este tema ha surgido el pícaro de turno que ha aprovechado la circunstancia para, haciendo una lectura estricta de la prohibición, venderlas como HeatBall, o bolas de calor en lugar de hacerlo como bombillas emisoras de luz.
Siegfried Rottaeuser llegó a la conclusión de que podría vender las bombillas bajo otra denominación como fuentes de calefacción, alegando que las bombillas de filamento transforman un 95% de la energía en calor. Este pícaro visionario no pasa por alto la cuestión ecológica, y declara que por cada una de las bolas de calor que venda donará 30 céntimos para la protección de las selvas tropicales.
El iluminado señor abre su página web anunciando que HeatBall es el mejor invento desde la bombilla, asegurando que son muy similares a la bombilla de filamento y que se diferencian de ellas en que no tienen el propósito de iluminar, sino de dar calor. El origen de esta rebelión (o negocio) está, según declara, en la resistencia contra la legislación de la UE respecto a la eliminación paulatina de dichas bombillas sin contar con procesos democráticos y parlamentarios.
Vía | Gizmodo
Más información | Heatball
Imagen vía | Adriano Agulló
En Decoesfera | Consejos para ahorrar en casa: Usar bombillas de bajo consumo
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