Muchas veces, con un pequeño cambio en algún detalle, y con un poco de maña, podemos conseguir darle un aire nuevo al hogar. Por ejemplo, si estás cansado de ver las sillas como siempre, y quieres que parezcan otras, puedes optar por pintarlas en otro color y darles un efecto de patas sumergidas.
Este efecto se aplica sobre todo a sillas, mesas, taburetes, y consiste en pintar las piezas para simular que han sido sumergidas en pintura, de manera que las patas quedan de un color diferente al resto del mueble. Y hoy vamos a aprender paso a paso como podemos lograr este efecto que es perfecto para recuperar sillas antiguas.
- El primer paso será preparar la silla, lijando toda la pieza con papel de lija de grano fino. Cuando la tengamos lijada, asegúrate de retirar todo el polvo que ha desprendido usando un trapo ligeramente húmedo.
- El siguiente paso será comenzar a pintar la silla. Dale una capa de imprimación para que la pintura se adhiera sin problemas, siguiendo las vetas naturales de la propia madera.
- Cuando se haya secado la imprimación, es el momento de pintar. Previamente, tendrás que haber elegido la pintura. Deja volar tu imaginación para darle ese nuevo aire a tu hogar, y elige el color dependiendo del ambiente en el que vas a situar la silla. Si quieres romper, y darle un punto moderno y radical, ponle un color intenso. Si por contra tienes un ambiente en estilo nórdico o más clásico, mete tonos claros o colores pastel. Sobre todo, acuérdate de darle un par de capas para lograr un acabado óptimo.
- Una vez que tengamos la pintura de la silla seca, es el momento de darle el efecto sumergido. Para ello, tras elegir un color que contraste con el resto del mueble, lo primero es determinar la altura de la pata a la que queremos que llegue este efecto. Y una vez que has tomado la decisión, simplemente, usa cinta de carrocero para pegarla por encima del punto deseado, para crear así una línea definida sobre la que pintar sin problemas. Pero antes de comenzar a pintar la parte inferior de las patas, deberás lijar la zona a pintar, y retirar el polvo. Nuevamente, dale dos capas de pintura para lograr un acabado perfecto.
Una vez que la pintura esté seca, retira la cinta de carrocero, y ya tienes lista tu silla con efecto sumergido para que luzca en el salón, en la cocina, o en el espacio deseado. Más fácil, imposible, ¿verdad?
Más información | Bruguer y Bruguer Let’s Colour
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