Lejos de cualquier otra decoración típica de Navidad, este año vemos el foco en lo sostenible, lo ecológico y lo reutilizado. Así comienza una de las tendencias más bellas, sostenibles y personales que veremos estas fiestas: los árboles de Navidad de papel hechos a mano. Una propuesta que combina creatividad, reutilización y estética, y que encaja a la perfección en los hogares contemporáneos que buscan calidez sin excesos.
En un momento en el que la decoración navideña se redefine bajo los valores del consumo consciente y el do it yourself, este tipo de piezas artesanales se convierten en protagonistas. No solo decoran, sino que además cuentan una historia de la persona que las hace.
Qué hace falta para preparar un árbol de Navidad de papel
Para poder desarrollar este proyecto DIY con papel reutilizado hace falta que tengas en casa estas herramientas.
- Papel de periódico, reutilizado u hojas de libro
- Silicona
- Tijeras
- Cinta de doble cara
Cómo hacer un árbol de papel reutilizado paso a paso
El proceso de elaboración es tan accesible como satisfactorio, y no requiere grandes conocimientos ni materiales complejos. Basta con papel, tijeras, lápiz y silicona caliente para unificar cada uno de los recortables de la manualidad. el resultado es realmente sorprendente, no querrás dejar de hacerlo.
Primero, dobla una hoja de periódico o de un libro viejo por la mitad y dibuja la silueta de medio árbol de Navidad, desde la base hasta la punta. A continuación, recorta la forma y utilízala como plantilla para repetir la misma figura varias veces.
Repite el proceso tantas veces como haga falta hasta tener suficientes piezas para dar volumen al árbol. De seguido, pega las mitades aplicando un pegote de silicona en forma de líneas, que vayan desde el centro del recorte hasta la esquina exterior, que será la rama del árbol.
Una vez unidas todas las piezas, desenrolla el conjunto en forma circular y lo tienes, el resultado es un árbol tridimensional de papel, ligero, elegante y lleno de textura.
Cómo usarlos y dónde ponerlos
Colocados sobre una mesa auxiliar, una consola o como parte de un centro decorativo, estos árboles funcionan como esculturas ligeras. Su presencia es sutil, pero profundamente decorativa.
Una de las grandes virtudes de esta decoración es que no hay dos árboles iguales. El número de recortes, el tamaño del papel, la forma del dibujo o incluso el tipo de texto impreso influyen en el resultado final. Esto permite jugar con diferentes alturas y volúmenes, creando composiciones dinámicas y muy personales.
Además, se pueden intercambiar medidas y experimentar con árboles más estilizados, otros más frondosos, algunos en tonos claros y otros más oscuros según el papel utilizado.
Fotografía de portada | Peri Azizov
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