Algo menos de una peseta venían a costar los marshmallows o nubes de azúcar cuando era pequeña y los compraba de camino al colegio. Claro que entonces no tenían un nombre tan pomposo y los pequeñajos los conocíamos como jamón de mono. Era un no parar, tras comer uno deseábamos otro, y otro, y otro más. Aferrada a las bolas brillantes y el espumillón multicolor, si me hubieran dado permiso para hacer adornos navideños con dulces, no hubiera dudado en montar una corona de Navidad con nubes de azúcar.
Esta es la propuesta que vemos en la fotografía, muy fácil de realizar y con un resultado tan bueno como dulce. Sobre una base de espuma se clavan las pequeñas nubes con un palillo y se van colocando, combinando con gusto los distintos tamaños. Un lazo que lo sujete y remate servirá para dar un toque navideño al conjunto.
La corona se ve estupenda, pues el blanco es un color que resulta muy efectivo en los adornos navideños, quizá porque nos recuerda a la nieve, que siempre asociamos con las fiestas por estas latitudes. Puede ser un original adorno que no deje a nadie indiferente, o mejor aún, la protagonista de una fiesta navideña infantil de la que no salga indemne, poniéndola a los postres a disposición de los golosos y pequeños invitados.
Vía | X4Duros
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