Casa Decor Madrid 2009. Pensado para ella por Marisa Fuertes

Casa Decor Madrid 2009. Pensado para ella por Marisa Fuertes
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Delicadeza y puesta en escena. Esta es la asociación de ideas que viene a mi cabeza cuando entro en el espacio de Marisa Fuertes, Pensado para ella. Una delicadeza que en algún aspecto juega una mala pasada si tomamos este espacio como un lugar habitable y práctico. Dividido en dos secciones, al entrar nos recibe una escultura de José María Casanova, silente en el pequeño recibidor, invitándonos a entrar y relajar la mirada.

Concebido como un pequeño apartamento urbano, los tejidos y las texturas buscan deliberadamente un ambiente lleno de suavidad y armonía. El conjunto es muy agradable, da gusto estar aquí, envuelta en un ambiente que alimenta el espíritu.

Cuesta creer que hemos entrado en una cocina, pero esa es la función de la pequeña sala contigua al salón. Una vitrina en la que se exponen diversos elementos de cristal da la bienvenida, mientras que en la pared opuesta, una encimera de piedra sobre la que se encastra una placa, y una cafetera integrada en la pared, son todos los artilugios que encontramos.

Escultura de Jose María Casanova
Vitrina de la cocina

Unos ricos cortinajes de seda con brocados y bordados, que recuerdan a los trajes de la nobleza francesa del siglo XIX, dan un matiz verde agua al espacio y una silla antigua aporta el remate definitivo.

Sin duda estamos en un office en el que despachar un café para la charla íntima, bello pero sin otra función más arriesgada. Sin más espacio para almacenar que la vitrina de cristal, es un artificio, un sueño irreal.

Armario auxiliar

Antes de pasar a la zona de estar, vemos a un lado un mueble antiguo de linea retro que marca la frontera entre los dos ambientes. A partir de ahí, todo es sutil y envolvente. A un lado, un magnífico frente de espejo envejecido, una tendencia muy vista en la muestra, refleja la luz que entra por los ventanales situados al frente. El acabado del espejo resulta un acierto pleno, ya que reduce el efecto a veces agresivo del reflejo vivo.

El espejo cubre toda la pared, y da cobijo a una gran consola de metal. Dos tibores de gran tamaño completan el conjunto al que da asiento un pequeño banco de hierro de formas circulares.

Frente de espejo envejecido
Detalle de la iluminación

Las paredes están cubiertas de estuco blanco, y la chimenea baja y recta, otra tendencia marcada para este año, se viste de oro en su interior. El suelo de madera da un toque rústico, proporcionando un ligero contraste. Y sobre la mullida alfombra, descansa la estrella de la sala, un diván formado por tres módulos rectangulares de distintos tamaños, tapizados en seda de colores pastel y azul noche.

Las ventanas se cubren de unas largas caídas de tafetán, en color azul delicadamente rayado. Ante las ventanas se muestran dos esculturas que aportan un toque teatral al conjunto.

En un extremo hay una zona de lectura, formada por dos butacas blancas y una pequeña mesa circular, tras las cuales vemos unas hornacinas revestidas de pan de oro.

Vista del espacio

Alzamos la vista y vemos una luminaria que emite una magia especial, unos cilindros de diferentes tamaños nacen del techo y regalan una cálida luz llena de matices.

El conjunto no puede ser más encantador y sedante. Cuesta no descalzarse y disfrutar del tacto esponjoso de la alfombra, el arrullo del cojín de carnero o la caricia del fino terciopelo.

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