La propuesta que hoy quiero compartir con vosotros está especialmente dirigida a espíritus arriesgados, en lo que a decoración se refiere, porque entiendo que no será del gusto de todos los lectores. Se trata de imprimir al dormitorio un toque muy personal, mediante piezas singulares, con gran peso decorativo y por muy poco dinero.
Hay tres elementos que llaman poderosamente la atención en este dormitorio y que le otorgan la estética vintage y bohemia, de plena tendencia. En primer lugar, se ha sustituido el cabecero convencional por un tablero de madera sobre el que se ha pegado una tela envejecida con bolsillos para dejar los libros, por ejemplo. Una simple silla (de aires sesenteros) hace las veces de mesilla de noche.
Sobre la silla, el tercer elemento, un flexo antiguo de oficina, viene a poner el punto industrial, que tan buenas migas hace con el estilo vintage. Estas tres piezas son fáciles de encontrar en brocantes, rastros o en mercados de segunda mano y a precios no demasiado elevados. A mí me parece un dormitorio con muchísimo encanto y con una gran personalidad. A ti, ¿qué te parece?
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