Tu niña se hace mayor, ya no le gusta el osito Winnie the Pooh y ha cambiado las carpetas con dibujos de Disney por otras con fotos de El Duque. Es el momento de darle a su cuarto el toque definitivo que la acompañe hasta la edad adulta o al menos mientras el acné va pasando por su vida. Esta idea que he visto en la revista Sunset me parece muy adecuada para los cuartos de adolescentes pero también para los cuartos de los amantes de la música que dejaron atrás el tocadiscos (aunque os aviso de que los tocadiscos han vuelto).
El dueño de esta habitación ha elegido sus discos favoritos y los ha puesto en la pared protegiéndolos con plexiglas (de venta en vuestra tienda de bricolaje favorita) aunque no ha sido tan osado como para poner las portadas originales, y según explica en el blog, fueron adquiridos en tiendas de segunda mano, lo que les da un toque más vintage y no tiene por qué implicar que el disco esté fuera de su funda, ya que en ocasiones se venden rayados y por eso te hacen más descuentos.
Observad cómo se ha puesto un fondo azul marino para que destaquen los discos sobre él y no distraigan la atención, haciendo además que esa sea la pared de impacto. Ese color ha sido también el elegido para hacer una raya por toda la habitación y poner a juego los textiles aportando unidad y sin que los discos distraigan la atención.
Por supuesto, si los gustos del adolescente cambian, cambiar el cabecero es tan sencillo como retirar el plexiglas y poner nuevos discos o cualquier otro motivo que se elija.
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