Este dormitorio lo habita Avery que tiene 3 años. Su madre lo ha decorado con inspiración japonesa clásica, usando como inicio los cojines que veis sobre la cama. Ha usado un azul cielo como fondo aplicado de manera uniforme y luego ha pintado un cerezo sobre él. En el cerezo ha dibujado también los famosos farolillos japoneses e incluso ha integrado un aplique con forma de flor de venta en Ikea del mismo color que las flores del cerezo que llenan toda la habitación.
Como ha usado tanto color en las paredes, ha elegido el color blanco para todos los muebles de la estancia, como la cama que me parece muy chula pero poco práctica en cuanto Avery cumpla más años y quiera sentarse en ella con los pies colgando, aunque siempre le quedará la opción de jugar con los pies también encima de la cama.
De este cuarto, además de los colores, lo que más me gusta es la personalización que ha hecho la madre con las pinturas de las paredes, cómo ha coordinado toda la habitación para que haga a quien está dentro sentirse como en una fiesta de la primavera japonesa. Me gusta también cómo se ha mantenido en unos niveles de minimalismo muy buenos, a la espera de que Avery crezca y tenga más juguetes.
Imagen vía | Odeedoh
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