Marie Kondo es una gurú del orden que ha pasado a la historia por solucionar nuestras vidas, eso hasta que se supo que su sistema tenía tantas luces como sombras y que incluso ella lo podía aplicar con mucha dificultad.
Dicho esto, la asiática y su teoría presentan algunos inconvenientes y disfunciones, que hacen difícil la aplicación de sus métodos.
Aunque es evidente que hay que esforzarse por mantener la casa limpia y ordenada, también hay que reconocer los límites de este tipo de mensajes de autoayuda en los que el ser humano y su manera de ser difícilmente encajan.
No somos asiáticos
La primera razón para descartar las teorías de Kondo es darnos cuenta de que no tenemos una misma base cultural compartida con la japonesa. Nuestra cultura latina no tiene nada que ver con la disciplinada cultura asiática y eso puede dificultar a menudo el cumplimiento de sus estrictas normas.
Sí al cambio de armario
Aunque Marie ha desterrado para siempre los cambios de armario y aconseja tener el mínimo de prendas posibles en el armario, nuestro clima no es exactamente el mismo que el de su país. Por ello, reivindicamos las oscilaciones climáticas entre agosto y febrero que hacen necesario este engorroso gesto. Además además, el cambio de armario puede ser una excelente ocasión para hacer la limpieza de ropa que ella tanto pregona.
No siempre es aplicable
Las teorías de Marie Kondo están bien en términos generales, pero también hay que reconocer que no siempre son aplicables a todas las prendas de ropa que tenemos. Por ejemplo, un tanga es muy difícil de doblar o una camiseta, por su tejido, puede quedar totalmente arrugados si lo hacemos como sugiere la gurú. Otra cosa es que lo hagamos y después estemos dispuestos a perder un valioso tiempo en plancharla cuando de entrada no era necesario.
Fotos | Marie Kondo/Instagram
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