Las almohadas son uno de esos elementos decorativos que usamos a diario y en los que menos pensamos probablemente. Más allá del cambio de funda regular cuando cambiamos la cama y algún lavado esporádico, la verdad es que no les prestamos toda la atención que debiéramos para el uso que les damos.
Para mantener las almohadas perfectas, en primer lugar habría que incluirlas en una rutina de limpieza. Echarlas a lavar cada dos o tres meses debería estar en la mente de todos los decoadictos, ya que en ellas se depositan ácaros y por supuesto bacterias que respiramos.
Ahuecarlas debería ser parte de nuestra rutina diaria de orden en el dormitorio ya que así gana en suavidad y conseguimos eliminar parte del polvo que se haya depositado sobre la misma, ganando en higiene. Es cierto que las almohadas viscoelásticas no se ahuecan más por mucho que las sacudamos pero merece la pena hacerlo de todas maneras para quitar el polvo que haya sobre ellas.
Por último, tenemos que hacernos a la idea de que las almohadas deben cambiarse con cierta regularidad. El intervalo puede variar en función del uso que les demos y del material del que estén hechas, pero yo creo que un cambio cada tres años puede ser un gasto asumible que repercutirá no solo en nuestra salud postural sino también en la higiene ya que conseguiremos almohadas más limpias de vez en cuando. Además, con la almohada que eliminamos podemos hacer relleno para cojines y así también renovamos su interior.
Imagen | P Pogo en Flickr En Decoesfera | ¿Cuándo lavar las almohadas?
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