Una vez más, os traigo un dormitorio infantil, que se ha convertido en los últimos meses en mi tema favorito para escribir. En esta ocasión, nos encontramos en una habitación de niñas en la que la sobriedad es lo más importante, por lo que lo primero que salta a la vista son las paredes grises.
Los padres aportan la nota de color en los pompones que hay sobre las dos camas, y son el contrapunto perfecto a las fotografías que hay sobre el cabecero. Como en otras ocasiones, los libros de las estanterías, colocados de frente, constituyen un poderoso elemento decorativo y son muy fáciles de cambiar para ir variando.
Me gusta el detalle del banco bajo la ventana, y la tela elegida para cubrir el asiento, a juego con los cojines que hay sobre la cama. También es un detalle original que se hayan usado los bajos como zona de almacenaje, de una manera muy elemental con cestas, lo que deja a mano todos los juguetes de las pequeñas.
Los colores pastel son la tónica dominante en el resto de la estancia, tanto en los textiles como en los juguetes que vemos en las estanterías. Atención a lo bonitos que quedan los bastidores de la pared, un elemento de lo más sencillo que nos aporta una gran personalidad.
¿Os convence este dormitorio infantil para niñas? A mí me da pena que las dos camas ocupen tanto, habría optado por unas literas y así habría más sitio de juego en el suelo, aunque la decoración es impecable.
Vía | Daffodil Design
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