Muchas veces nos encontramos mirando obnubilados preciosos dormitorios infantiles que incluyen unas camas con dosel que harían feliz a la princesa más exigente. Incluso puede que algunos caigamos en la tentación, al cambiar la cuna por la cama “de mayor”, de adquirir la cama con dosel más espectacular de la tienda, pero hay varias cosas que debemos de tener en cuenta antes de comprar una cama de cuento para la princesa de la casa.
Lo primero es que tenemos que mantener la mente despejada, el espacio, la etapa en que se va a utilizar la cama, la altura de los techos y los diferentes modelos van a ser los marcadores que hagan que nos decidamos por una cama u otra y no la ilusión de una niña de cinco años, por muchos pucheros que sepa hacer.
Lo más importante es medir bien el espacio. Una cama que en la tienda o en el showroom parece que está fenomenal de tamaño, al llegar a casa, aunque quepa en el cuarto puede ocuparlo totalmente, no dejando espacio suficiente para juegos, ni la mesa y la silla de estudio. Así que hay que medir pensando en el espacio de alrededor de la cama, ya que además, al llevar dosel, visualmente llenará más el dormitorio agobiándolo en exceso.
Otro parámetro que debe condicionarnos es la altura de la habitación. Los techos deben ser lo suficientemente altos para que el dosel se luzca y lo que es más importante que se pueda limpiar con facilidad. No es lo óptimo para un cuarto infantil que el dosel sea el acumulador de polvo número uno en la carita de la niña, mientras duerme.
Hay que pensar si la cama va a ser definitiva hasta que se vaya de Erasmus, ya que a lo mejor (sólo a lo mejor) a eso de lo diez años decide que el dosel no le gusta nada. Si el dosel va aparte como esos doseles/mosquiteras de Ikea, pues no pasa nada, se quita y ya está. Pero ¿qué pasa cuando es una auténtica cama con dosel incorporado?.
Pues hay dos soluciones, la primera cambiar la cama, porque no vas a estar serrando el dosel y la segunda, pintar la cama de algún color preferido por la nueva adolescente, quitar la tela y dejar el dosel desnudo, convenciéndola de que eso es tendencia en interiorismo, con un poco de suerte a lo mejor, (y sólo a lo mejor) te hace caso.
Lo que sí os pediría es que tengáis cuidado con la decoración del resto del dormitorio, cortinas, color de las paredes y tela del dosel, no la llenéis de volantes, encajes y lazos, ya que el dosel por sí sólo ya es bastante… principesco y porque a lo mejor (y sólo a lo mejor) no llega al segundo día.
Imágenes | Khol´s, DigsDigs
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