El tiempo no pasa en vano y mucho menos para la decoración. Lo que cuando nace un niño puede ser aceptable, con los años es necesario irlo adaptando a los gustos del adolescente en el que se convierte. Hoy os traigo un "antes y después" bastante interesante, en el que partimos de un espacio básico que se transforma en un dormitorio para un adolescente en el que este se siente a sus anchas.
Como veis, en el antes tenemos un dormitorio muy luminoso en el que la única decoración sería la mesilla y el marco que hay en el suelo. Con esta base no es difícil mejorarlo, ya que da la sensación de una casa provisional donde es posible que su inquilino no se sienta del todo cómodo.
Como veis en el después lo que se ha hecho ha sido amueblar y decorar el espacio. La cama se ha vuelto más contundente y la mesilla ha cambiado de negro a blanco para integrarse con la pared. Han colocado a la izquierda unas cajas que funcionan como estanterías y han dejado una caja más sobre la mesilla para apoyar más libros.
La decoración se completa con un reloj de pared y un cuadro a gran tamaño intuyo que del dueño de la habitación. Ambos detalles consiguen hacer más acogedor el dormitorio y transforman un espacio soso en algo más personal. A mí me parece un buen ejemplo de cómo hacer una transición desde la niñez, ya que este espacio es bastante polivalente para futuras transformaciones, como la incorporación de pósters o libros. ¿A vosotros os convence?
Imágenes vía | Apartment Therapy En Decoesfera | Antes y después: un rincón de estudio en el ático
Ver 2 comentarios