A no ser que tengamos una familia muy numerosa, la mayor parte de nosotros nos arreglamos en el día a día, a la hora de comer o de cenar, con una mesa (bien en la cocina o en el comedor) pequeña, pero hay ocasiones en las que tenemos invitados, y es entonces cuando la pequeña mesa se queda (valga la redundancia) muy pequeña y cuando echamos en falta esa mesa extensible que en su momento no compramos.
La gran ventaja de las mesas extensibles es que cuando están cerradas no ocupan mucho espacio y son perfectas para su uso en la vida ordinaria, mientras que cuando tenemos algún acontecimiento extraordinario, siempre nos sacan del apuro. Es lo que sucede con la mesa de comedor Astrolab, de la firma Roche Bobois.
Consta de patas de aluminio pulido y sobre de cristal, que deja a la vista el mecanismo de engranajes, que permite ampliar la mesa en sus dos extensiones de 40 cm, y que se accionan mediante un mando a distancia. La mesa tiene un diseño espectacular, a lo que se añade el plus de elegancia y sofisticación característico de la firma francesa. A mí me recuerda a esos relojes carísimos que muestran su mecanismo a través del cristal, ¿verdad?
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