Puede que el título de este post enerve a más de uno, al calificar semejante rareza como buena idea, pero si pensamos un poco sobre ello, puede que comencemos a considerar como una idea práctica instalar una cama supletoria en la cocina. Los inconvenientes están claros, la cocina no es un lugar indicado para dormir, y de poder elegir, nadie pediría descansar ahí.
Pero puede darse la circunstancia de que la casa no disponga de espacio para acoger invitados, o que habitualmente se reciba un número de ellos difícil de acomodar entre salón y habitaciones. Una o dos personas son fáciles de alojar, una cama supletoria en una habitación o un sofá cama doble en el salón son suficientes; pero cuando nos visita una familia con dos hijos, el tetris humano se complica y es aquí donde este ejemplo cobra importancia.
En una cocina amplia, en la que el somnoliento invitado no se de de bruces con la olla rápida, se puede destinar parte de los armarios bajos a escamotear una cama abatible, que de día no se muestra, pero de noche puede proporcionar descanso, por ejemplo a un niño, o mejor aún, podemos ceder nuestra cama a los invitados y vivir la extraña experiencia de dormir en nuestra propia cocina.
Como precaución, el colchón debería estar bien cubierto con un plástico mientras no tenga uso, para evitar que absorba los olores de la cocina, y por supuesto, no dejaremos la cama hecha entre visita y visita y nunca guardaremos la ropa de cama allí.
Vía | Apartment Therapy En Decoesfera | Una buena idea: utiliza su estor como pizarra.
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