Lo sabemos. A casi todos os gusta el verano. Pero la vuelta a la rutina también tiene cosas buenas, no hay que hacer un drama de ello. Sobre todo, si animamos nuestras mesas con las piezas de porcelana de Limoges pintadas a mano de Molecot.
Porque en otoño siempre apetece tomar un café o disfrutar de la hora del té, sin olvidarnos del arte de recibir o de que siempre hay un motivo para reunirse con la familia o con los amigos en torno a una mesa bonita.
En otoño todo es posible. Desde los azules más eléctricos que nos recuerdan al color del mar (ideales para el comienzo de la estación), a las vajillas más atemporales, perfectas para esos momentos en los que las horas de luz comienzan a acortarse.
Para esos momentos, nos encantan vajillas como Peaks y Galett, con sus pinceladas irregulares y rosas empolvados (sí, la vida en rosa también puede ser posible en otoño).
Piezas todas de porcelana de Limoges blanca, fina y resistente; piezas de primera calidad y lujo accesible, con diseños propios pensados para alegrar los días de este otoño que estamos a punto de comenzar.
Más información | Molecot