Continuamos con nuestros consejos para limpiar los electrodomésticos, dando un repaso a la placa vitrocerámica, un electrodoméstico que está ganando terreno en nuestras encimeras durante estos últimos años. Su limpieza es una preocupación constante, ya que un mal uso puede deslucirla en poco tiempo. La placa vitrocerámica requiere una limpieza y cuidado diario, para evitar que los residuos se acumulen, y en contacto con el calor formen una película difícil de eliminar.
La limpieza de la placa vitrocerámica se debe realizar siempre en frío, aplicando agua y un limpiador jabonoso aplicado con paño de microfibra o estropajo suave. Hay que tener cuidado al escoger estos últimos, asegurándonos que no rayen la superficie; para estar bien seguros, escogeremos siempre estropajos de fibras azules.
Con el uso, se suelen producir acumulaciones de suciedad alrededor de los fogones, en muchos casos al derramarse el contenido de las cazuelas y entrar en contacto con el calor. Para eliminarlos es conveniente contar con una espátula o rasqueta adecuada, teniendo siempre cuidado de no deteriorar la superficie durante su uso.
El horno es quizá el electrodoméstico que da más pereza a la hora de hacer limpieza. Sus paredes se ensucian con facilidad durante el uso, expuestas a grasas de continuo, requiriendo una limpieza periódica. Se suele recomendar desenchufar el aparato antes de proceder a su limpieza, pero en muchos casos es complicado, ya que los hornos se encuentran empotrados, y la conexión oculta tras ellos. Si queréis manipularlos con seguridad, podéis desconectar el interruptor general de la luz mientras dure la operación.
Es conveniente utilizar el horno con cuidado para que no se produzcan derramamientos de grasas y residuos en el interior, para ello, utilizaremos la bandeja extraible bajo la rejilla, evitando así que el suelo del horno se ensucie en exceso. No es conveniente aplicar productos químicos, para limpiar el horno, el agua y el jabón son los mejores productos, no dañan las superficies y son eficaces siempre que se realice la limpieza con regularidad.
Evitaremos utilizar estropajos metálicos, excepto en el caso de la rejilla, en la cual resulta muy útil para eliminar la grasa seca. Algunos hornos tiene partes desmontables que facilitan un cómodo lavado a fondo, consultad las instrucciones del aparato para saber si es vuestro caso. Los productos específicos para limpieza de hornos solo son adecuados para las partes esmaltadas, y suelen ser bastante eficaces para limpiezas profundas.
La campana extractora es uno de los electrodomésticos que más suciedad acumula; expuesta constantemente a vapores y grasas, hay que tener especial cuidado en su limpieza para evitar una posterior lluvia lenta de suciedad. Además de limpiar periódicamente el exterior con un detergente suave y agua, hay que prestar especial atención a la limpieza de los filtros metálicos, que en el caso de ser desmontables, introduciremos en el lavavajillas una vez a la semana, o limpiaremos con abundante agua caliente, jabón, y un cepillo de cerdas gruesas.
Como habréis podido comprobar a lo largo de estos consejos para limpiar los electrodomésticos, no soy amiga de productos agresivos, pero en el caso de la campana extractora pueden resultar necesarios para limpiar las cavidades que quedan ocultas tras los filtros y la zona de luces. Es conveniente desconectar el aparato antes de proceder a su limpieza, así como retirar los protectores y las bombillas. También puede funcionar proporcionar un baño de vapor, haciendo hervir una cazuela llena de agua con el zumo de dos limones mientras se deja funcionar la campana. Es una forma de ablandar la grasa sin utilizar productos agresivos.
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