Mucha gente piensa que para de verdad renovar una cocina es necesaria una reforma en profundidad, pero no siempre es así, hoy tenemos un ejemplo de un antes y después en el que la cocina se transforma sin cambiar los muebles gracias a un poco de pintura y algunos retoques aquí y allí.
Como se puede ver en las imágenes del antes, se trata de una cocina con una distribución un tanto extraña pero, sobre todo, una paleta de colores preocupante. Hay un verde pálido que, si bien ahora está de moda, no combina nada bien con el crema de las puertas y menos aún con el negro de las encimeras.
Por si eso no fuera suficiente, el alicatado en la pared de la encimera es indescriptible. La única palabra que me viene a la mente es psicodélico, pero seguro que a vosotros se os vienen otras menos educadas.
Al otro lado de la cocina encontramos una zona de desayuno con una mesa venida directamente de los 70, que es lo único que yo conservaría, pues las sillas no son gran cosa. El color de la pared me sigue pareciendo horrible y no quiero ni hablar del visillo que hay en la ventana. Pero veamos cómo ha quedado una vez acabada.
La reforma ha consistido en un intenso lavado de cara tanto de los armarios como de las paredes y el resto del mobiliario, pero conservando los electrodomésticos y las encimeras de granito negro.
La puertas de los armarios se han pintado de blanco, ahora tienen nuevos tiradores más acordes con la estética de la cocina, la pared se ha pintado de gris oscuro para combinar con la encimera y los tiradores, y el marco de la ventana ahora es blanco también.
Sin embargo, el cambio que más se agradece es el de los azulejos, unos clásicos azulejos tipo metro han sustituido al engendro dorado-cobrizo que irritaba nuestras retinas, mientras una lechada negra ayuda a mantener esa estética blanquinegra presente en toda la cocina.
En el resto de las paredes, no obstante, se ha optado por el blanco en vez de por el gris oscuro, imagino que para aportar más luz y claridad, pero siguen presentes los detalles en negro, ya sea en el radiador pintado en los taburetes de la mesa.
Como detalle final de esta cocina transformada sin cambiar los muebles me gustaría reseñar el bonito rincón junto a la nevera. Donde antes no había más que desastre ahora hay una bonita zona de trabajo y almacenaje que dota de más orden y sentido a la distribución de la cocina.
Vía | Design Sponge Más información | Deuce Cities Henhouse En Decoesfera | De los creadores del baño sin obras, llega la cocina para micro-viviendas
Ver 2 comentarios