Cuando vivimos en una casa en la que llevamos ya bastantes años, o bien la acabamos de comprar, pero es de segunda mano, una de las cosas que normalmente nos encantaría cambiar es la cocina. Porque los muebles, los electrodomésticos, la zona del office, suelen parecer anticuados y, aun que en el resto de la casa podamos actualizar rápidamente las habitaciones, lo cierto es que la cocina supone una mayor inversión.
Es normal, claro. Hay que pensar que son un montón de armarios que poner nuevos. Si sumamos encimera y electrodomésticos, el precio se dispara sin que podamos controlarlo. Es por eso, que la idea del post de hoy, es una de las que más me gusta para modernizar la cocina, pero manteniendo a raya el gasto. ¿El secreto? En este antes y después vemos cómo pintar es la clave.
El antes del proyecto
Sinceramente, el ver una cocina con veinte o treinta años es de lo más desmoralizador. Así a primera vista, hay que tener imaginación y ver las posibilidades del espacio para, por ejemplo, comprar un vivienda con esos años. Si estáis en una situación parecida, es genial este tipo de post para "animarnos". No pasa nada. El resultado será fantástico.
El durante del proyecto
Como es obvio, una vez que decidimos ser valientes y afrontar el "caos", viene una segunda parte que nos pondrá a prueba en más de una ocasión (especialmente si somos nosotros mismos quienes realizamos el proyecto). Si durante la obra no tenemos más remedio que vivir en casa, hay que tener paciencia y vivir lo mejor posible durante ese tiempo. La renovación de la cocina del post de hoy duró 4 semanas y fue realizada por los propietarios. Asumible, ¿verdad?
El después: ¡por fin!
Seguramente, después de estar en medio de la zona en obras, "por fin" será la frase que más tengamos en la cabeza. Pero el resultado habrá merecido la pena, porque, sin lugar a dudas, un cambio tan radical mejora la calidad de vida en cualquier casa.
La renovación por partes
Además de la planificación previa de este tipo de proyectos, tanto en tiempos y plazos, como en el presupuesto, debemos sumar y tener bien presente, el tema ahorro. Quizá cuando pensamos en cambiar una cocina, creemos que es indispensable tirar los muebles y adquirir otros. Si están en buen estado, no hay por qué.
Hay dos cosas en los muebles de cocina, que marcan la diferencia: la pintura y los tiradores. Haciendo una buena elección de las dos cosas, conseguiremos modernizar los armarios gastando muchísimo menos. Antes eran típicas las cocinas de muebles de madera, pero que se van quedando "atrás" en diseño. Sería una pesa desechar muebles de esa calidad. Cambiando acabados podemos seguir dándoles uso y con un encanto especial.
Cambiando el diseño
Una buena renovación no pasa únicamente por ese cambio estético: las necesidades de la familia y la incorporación de elementos más modernos, ayudarán a que todo el proyecto coja consistencia. Por ejemplo, eliminando parte de los armarios superiores y sustituyéndolos por baldas o espacios diáfanos.
Los complementos
Utilizar luego colgadores que dejen a la vista menaje bonito, incorporar elementos que sean prácticos y con un diseño informal (como la luz de pinza), o invertir un poco de dinero extra en el grifo o en determinados electrodómesticos, nos darán la sensación que buscamos: una reforma de calidad.
Muchas veces una obra de este tipo nos crea "parálisis". Tanto por la inversión, como el lío que es meterse en ella. Sin embargo, cuando vemos ejemplos reales de personas que lo han hecho ellos mismos, lo cierto es que nos anima a ponernos a ello. Por lo menos a mí me pasa.
Y vosotros... ¿Cuándo empezáis las obras en casa?
Vía | A beautifull Mess
En Decoesfera | Una cocina abierta al salón
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