Cuando he visto la remodelación que ha realizado el Estudio Archi-Tectonics en esta casa de Chelsea, en Nueva York, me ha faltado levantarme del asiento. Siempre os estoy dando la lata con lo bien que queda combinar elementos súper modernos y de diseño con antigüedades y ellos nos dan una lección magistral de como hacerlo.
Como podéis ver este barrio de Manhattan es el clásico de casas unifamiliares estrechas y altas, de tres pisos y azotea, con un pequeño patio detrás, lo que los neoyorkinos llaman townhouses. Imagino que la fachada que da a la calle no se puede tocar, ya que son todas idénticas y se trata de una construcción de principios del siglo pasado, así que la reforma se ha hecho en el interior y en la fachada que da al jardín.
El problema de estas viviendas es la escasez de luz, con lo que el cliente quería sobre todo luminosidad y el estudio, de la mano de los arquitectos Winka Dubbeldam, Thomas Barry y P. Randall Collins, lo ha hecho posible gracias a la nueva fachada del jardín.
Una estructura de acero y vidrio doblado con relleno de palisandro tropical, una madera oscura y dura, aunque fácil de serrar que se utiliza normalmente en ebanistería de lujo y aunque debo reconocer que lo ignoraba, también en carpintería exterior por sus especiales propiedades aislantes.
El interiorismo merece punto y aparte. El dueño de la vivienda es un diseñador de moda, que claramente tiene un gusto muy depurado. La mezcla de elementos de diseño con antigüedades y lineas simples en la arquitectura, convierte una casa, que podría haber sido fría e impersonal, en un hogar cálido y elegante.
Las escaleras madera y de cristal, las maderas oscuras,los suelos de madera tratada, lavada en tonos grises, los muros grises y la bonita biblioteca con la boisserie repleta de volúmenes, tan clásica como pueda serlo una biblioteca de madera que contrasta con los enormes ventanales del patio, reconvertido en jardín, con un toque oriental (o al menos me lo parece a mi)con bambúes y diferentes alturas.
El diseño viene de la mano de los grandes. En el salón podemos ver una silla de los hermanos Campana, comercializada por Edra, que siempre me pregunto si será cómoda, porque espectacular lo es un rato, junto a la chimenea de piedra y un banco capitoné de cuero.
Todos los textiles, incluida la silla se han buscado en tonos neutros, para así resaltar aun más los detalles.
Y por último pero fundamental, la cocina. Esta cocina es de hacerle un monumento. Moderna, tecnológica, con todo lo que se pueda desear, incluido un maravilloso ventanal para que entre toda la luz posible. El comedor integrado en madera, la isla con el fregadero y mucho espacio, grandes espacios, necesarios en un lugar donde pasamos tanto tiempo.
No sé de quien es la casa, pero estoy segura de que me encantan también sus diseños, porque somos almas gemelas en decoración. ¿De quién creéis que es esta casa en Chelsea reformada por Archi-Tectonics?
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