Mucha gente se apasiona por lugares exóticos en los viajes y cuando regresa trae un motón de recuerdos, objetos decorativos o textiles que sabe que no podrá encontrar en otro lugar. Son estos objetos los que van dando personalidad a las casas.
Los propietarios de esta maravillosa casa de vacaciones son unos fanáticos del norte de África, donde viajan con cierta frecuencia. Cuando decidieron decorar su casa, contrataron al interiorista Glen Proebstel y el consiguió que su casa fuera un trocito de Marruecos... en Melbourne.
Si sólo viéramos las imágenes de esta casa sin explicación alguna, esta claro que pensaríamos que es una bonita casa en Marruecos o Tunez. Pero estas paredes encaladas, las puertas arqueadas,con bonitas escayolas labradas, las pantallas de calados en hierro forjado colgantes sobre las mesas de madera de patas con formas sinuosas están en Australia.
El increible decorador de interiores Glen Proebstel, cuyo excepcional currículo nos deja admirados, es el artífice de esta casa. Con la fusión de culturas ha conseguido crear una casa singular, que no deja indiferente a nadie. El propio decorador es un enamorado de África, y lo ha demostrado dando rienda suelta a su genialidad.
Cada detalle, como las jardineras de barro encajadas en soportes de hierro o simplemente la mampostería, las puertas importadas desde África, las variedades de plantas del patio, que cuenta con una alberca a imagen y semejanza de las de los patios árabes, son una perfecta réplica de las auténticas.
Símbolos cristianos, toscamente labrados, pieles y alguna concesión al diseño moderno, como en el caso del rincón de lectura con una lámpara y la silla que tiene por encima la piel de pelo largo de cabra del desierto. Cuadros étnicos adquiridos en Tanzania. Una mezcla de todas las culturas que adoran los habitantes de esta peculiar casa.
Una impresionante demostración cómo conseguir sensaciones placenteras. ¿Os gusta la idea de recrear un lugar que os encanta a base de decoración?
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