No siempre es fácil incluir en un espacio rústico elementos con un aire moderno, pero esta buhardilla situada en Estocolmo diseñada por el estudio de arquitectura Israelson/Andreini Arkitektur encuentra el balance perfecto gracias al trabajado de la estilista Tina Hellberg.
Todas las estancias de esta casa se caracterizan por la funcionalidad de los muebles y una marcada estética industrial, ingredientes que la convierten en la buhardilla perfecta para los enamorados del estilo rústico.
Paredes de cemento que contrastan con la madera de techos y suelos, comparten protagonismo con la estructura original de la construcción que pone el toque rústico de la buhardilla.
Tanto en la cocina como en el resto de las instancias, imperan los colores blanco y negro con muebles de estética industrial. La mesa de comedor con ruedas muy útiles para adaptarse a las necesidades de cada momento, las sillas de reja y la cocina situada en la parte baja del techo son las partes más reseñables de esta parte de la casa.
La única parte en la que se rompe el binomio blanco y negro es en el despacho, un lugar recogido, separado del espacio principal de manera parcial por una columna de piedra en la que se sitúa la mesa de trabajo y a su espalda, un ventanal por el que entra la única luz que alumbra la estancia.
El estilo rústico queda patente en diferentes estancias de la casa como las columnas de piedra, las vigas que vemos en el comedor o las puertas originales de la casa, que imprimen personalidad a cada estancia.
El suelo hidráulico mezclado con el resto del baño es otro ejemplo de la mezcla entre lo vintage y lo nuevo. Un baño situado en uno de los lados de la buhardilla compuesto por una ducha y bañera y un lavabo en mueble blanco que contrasta con el negro de las paredes.
En definitiva, una vivienda singular, una casa en la que cada rincón está aprovechado al milímetro y con un estilo muy concreto. ¿Qué os ha parecido la buhardilla? ¿Viviríais en una casa así u os parece demasiado fría?
Via | Cargocollective
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