Las baldosas con dibujos son lo más representativo del diseño original de este apartamento de la Barcelona de 1930. El apartamento ha sido restaurado por Adrian Elizalde, estudiante de arquitectura de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. El ha renovado y reconfigurado el espacio interior de la vivienda en ruinas logrando un interior sorprendente.
El objetivo principal de Elizalde fue abrir el espacio de 70 metros cuadrados, la eliminación de las paredes interiores para crear un luminoso apartamento con un área de estar de planta abierta y dos dormitorios. El apartamento tenía la distribución típica de las antiguas viviendas en Barcelona, con muchas habitaciones subdivididas y diferentes capas de materiales unas sobre otras, acumuladas por el paso de los años.
Así que lo primero fue ir eliminando todas esas capas para llegar a los elementos de construcción tradicionales como: suelos de baldosas, techos abovedados y carpintería de madera original. Las ahora pintadas de blanco, sirven para mejorar la luz natural y dan homogeneidad al proyecto, haciendo destacar las baldosas del suelo y sus colores.
Debido a las limitaciones presupuestarias, se mantiene la ubicación original de la cocina, baño y dormitorio en la parte trasera de la propiedad, pero con espacio totalmente renovados, así los mayores cambios han tenido lugar en la sala de estar y en el dormitorio principal.
Una sala de estar con comedor de planta abierta grande se encuentran en la parte delantera de la vivienda, donde una gran ventana y balcón dan a la calle. La distribución es ahora mucho más sencilla que la original de la vivienda.
A un lado de la sala de estar, lámparas de estilo industrial cuelgan de un blanco techo abovedado encima de una mesa de madera clara de tres metros de largo. Detrás de él, un banco de cinco metros de largo recorre toda la longitud de la habitación y sirve como asiento, estante y espacio de almacenamiento.
Además de el dormitorio y la sala de estar hay otros detalles interesantes a destacar como la sección de vidrio por encima de la puerta, frente a la zona de comedor, que permite que la luz natural se filtre en el dormitorio desde la ventana de la sala.
A mi la verdad es que me gusta mucho el resultado, me parece muy original y me encanta el hecho de que se hayan respetado los suelos originales que le dan una gran personalidad a la vivienda. Y a vosotros, ¿qué os parece?
Vía | Dezeen
Más información | Adrián Elizalde
Fotos | Adrià Goula
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