Este agradable apartamento de estilo nórdico nos ha cautivado nada más verlo. En realidad nos suele pasar con casi todos los apartamentos o casas con este tipo de decoración, pero este nos ha gustado especialmente por su aspecto desenfadado y su luminosidad, que lo dotan de una calidez y familiaridad que nos encanta.
Nos encanta, entre otras cosas, el genial equilibrio que se ha conseguido entre la madera del suelo y muebles, el blanco impoluto de las paredes, los toques de color de las plantas y el confort que transmiten los textiles elegidos, en tonos terrosos.
Empezamos nuestro recorrido por este bonito apartamento nórdico por la zona de trabajo. Y es que acaba siendo una de las zonas en las que más horas se pasan, así que hay que conseguir que sea un lugar agradable en el que poder concentrarse y rendir.
Pues bien, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que en este despacho se ha cumplido el objetivo con creces. Una gran mesa completamente blanca preside la habitación, quedando detrás los grandes ventanales, que lo bañan todo de una agradable luz. Unas plantas y una gran cajonera son los puntos más llamativos de la habitación, y una discreta lámpara negra y unas tazas lapicero son los únicos elementos que visten la mesa de trabajo.
El salón-comedor es, sin duda, la estancia protagonista de este apartamento. Y no es para menos, ya que dispone de tres grandes ventanales —a través de los cuales solo se ven árboles, por cierto— que llenan de luz una estancia no excesivamente grande, pero en la que cada cosa está donde debe estar, creando dos ambientes diferentes, pero que se mezclan sin estorbarse.
En la zona del comedor encontramos una gran mesa rectangular de madera vestida con una ligera tela marrón oscuro, que le da un aspecto de lo más acogedor. Como iluminación dispone de una discreta lámpara blanca que cae del techo hasta una altura muy agradable. Y, como no, todo salpicado de plantas, que le dan un toque de color al conjunto que nos encanta.
Entre la zona de comedor y la de salón quedaba un rincón que se ha sabido aprovechar bastante bien, colocando un par de bonitas guitarras y una silla de mimbre con cojines. Tan solo añadiendo un sencillo reposapiés tendríamos una zona de lectura de lo más cómoda y luminosa.
En la cocina se ha elegido una encimera de madera junto con muebles blancos, lo que para nosotros es una combinación ganadora. Queda genial y te aseguras que obtienes un resultado acogedor, gracias a la nobleza de la madera. En cuanto a la protección de la pared, han optado por unos azulejos blancos hasta media altura, dejando una parte vista de la pared, en un color verde de lo más llamativo.
Una vez más encontramos toques de color gracias a las plantas, como en el resto del apartamento, aunque en esta ocasión, al tratarse de la cocina, encontramos plantas específicas para cocinar. Así, además de conseguir un toque decorativo, conseguimos darles uso y enriquecer nuestros platos. Eso sí, hay un detalle que no nos ha gustado, y es que los muebles no tengan un embellecedor abajo, haciendo que se vean las “tripas” del lavavajillas.
En definitiva este es, como hemos comentado al principio, un apartamento que nos ha cautivado, y del que, sin duda, hemos tomado nota para aplicar algunos detalles en nuestra propia casa, a ver si conseguimos ese resultado tan acogedor.
Via | La maison d’Anna G.
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