En estos últimos años nos hemos vuelto inmersos en una especie de obsesión casi irracional en pensar que los estilos decorativos inspirados en nuestros vecinos del norte europeo eran las referencias casi indiscutibles del buen gusto decorativo. El minimalismo, el estilo nórdico, lo blanco se han apoderado de manera casi desvergonzada de nuestras casas. Sin embargo, se nos ha olvidado que, en décadas anteriores, quienes las hemos vivido, solíamos desenvolvernos en ambientes que no tenían mucho que ver con las líneas minimalistas, los colores neutros y la menor cantidad de muebles y accesorios decorativos.
Los años ochenta, a pesar que tener mala fama en temas de decoración y estilo, también tenían su encanto y nos permiten recordar momentos familiares con más ternura, calidez y hasta algo de nostalgia. Es así que una familia estadounidense ha decidido olvidarse de toda esa dictadura modernista de moda para hacer de su hogar un refugio ochentero en el que encontraremos muchos detalles, colores y elementos que despertarán seguramente muchos sentimientos entre todos aquellos quienes hemos vivido aquella época.
Esta hermosa y peculiar casa se encuentra en Johnson City, Tennessee, Estados Unidos y el proyecto decorativo ha estado a cargo de Katie Thewlis, una la madre de familia, curiosa y ecléctica que ha querido ofrecer a su familia un espacio cálido y confortable para vivir. Para no caer tampoco en una obsesión decorativa, y seguramente para responder a sus gustos variados, hemos notado que Katie ha integrado algunos elementos que no son de los ochentas, lo que permite crear un interesante equilibrio.
Al colocar algunos muebles que corresponden a la década de los años cuarenta y cincuenta, se ha logrado una fusión de estilo que, si bien tiene como columna principal los años ochenta, no se convierte en algo muy intenso lo que permite tener una decoración interior muy bien balanceada. Algunos elementos un poco “kitch” nos remiten a ese gusto ochentero por lo visualmente intenso mientras que algunos accesorios y muebles más antiguos aportan ese toque de elegancia.
La cocina me ha parecido realmente encantadora con una brillante manera de interpretar una época decorativa sin caer en excesos para ofrecer un espacio funcional, divertido y finalmente hermoso.
En conclusión, la casa de Katie Thewlis me parece que se convierte en un homenaje a los ochentas por medio de una discreta y eficiente fusión de estilos. ¿Qué opinas?
Imágenes | Katie Thewlis