Este piso en Berlín es una auténtica preciosidad, su luz natural le hace adquirir un valor añadido. En él fluye un interiorismo doméstico que se transforma en un oasis de tranquilidad. Sus grandes cortinajes repartidos por todas las estancias y sus suelos con texturas y coloridos particulares respaldan su atractivo. Una bonita composición en la que destaca el inusual tono azul turquesa, que al final se colará en nuestros hogares, sobre todo esta primavera ¿nos vamos de prácticas por sus estancias?
Desde que vi esta casa, me sobrevino la sensación de querer decorarla desde este artículo y a su vez respetar lo que en ella luce. Al observar su decoración vi cierta necesidad de cambio interior, por ello hoy le daremos unos ligeros toques decorativos a sus espacios, rescataremos zonas desaprovechadas y le daremos una comodidad imaginativa a su propietario.
Acercar la mesa de comedor a la cocina
Situada demasiado lejos de la cocina, esta mesa pide a gritos que la muevan. Como hemos decidido conservarla, la trasladaremos cerca de la isla de cocina. Allí será mucho más cómoda y útil. Además aprovecharemos la lámpara de ocho pantallas que casi quedará sobrepuesta en altura, así dejamos la zona espaciosa libre para desarrollar nuevas ideas. A mi parecer una mesa rectangular da mucha más utilidad y sirve para más comensales teniendo en cuenta que tenemos espacio suficiente, en este caso, nos quedamos con un modelo clásico lacado en blanco incluido en la decoración del dúplex.
Creamos un salón mirador frente al ventanal
Este es el espacio más motivador de la reforma decorativa. Una zona común con luz extra y grandes ventanales de los que debemos sacar el mayor partido. ¡Ojo! con el comienzo de la escalera. La verdad es que incordia un poco su ubicación pero hay que dejar espacio suficiente para que luzca como única.
En la gran zona y en la pared con mayor amplitud situaremos un sofá, la librería la trasladaremos al hall de la primera planta. En este caso le daremos sofisticación y glamour a este lugar por lo que elegimos el color Navy en un sofá tapizado en terciopelo y con base en madera de nogal, cojines del respaldo rellenos de plumas y tachuelas decorativas. Justo enfrente quedará ubicada la zona de televisión y como separación dos mesas auxiliares de estilo escandinavo con terminación en madera natural, otra opción es una mesa cubo de metal plateado con tapa en piedra natural.
Una gran alfombra de lana y ribetes de flecos presidirá el salón. Justo en la pared donde se sitúa el cuadro pondremos calefactores de última tecnología y diseño son novedosas formas de calentar el hogar con [radiadores tecnológicos con diseño agregado](¿Esculturas o radiadores? novedosas formas para calentar el hogar decorando paredes). Olvidando las lámparas de pared, nos haremos con otras dos de estilo minimalista para iluminar cada esquina del sofá, un sofá modular al que se le pueden adaptar pufs y módulos unitarios para continuar su recorrido en forma de L. Sobre éste, un gran cuadro horizontal y estrecho en blanco y negro hará conjunto con los cojines de pelo de oveja en negros, grises y blancos.
Dejamos libres los espacios de paso
Libres pero decorados, esta zona de paso es amplia y eso facilita su decoración. Este espacio lo podemos considerar como una habitación más, la manipularemos para crear la nueva zona de lectura. La pared vacía no llega a dos metros de largo e invita a instalar una librería alta con poco fondo como la que hemos rescatado del salón.
En comparación con los grandes ventanales con los que cuenta la casa tenemos uno mucho más pequeño y más que suficiente para vestir con una cortina regulable de madera u otro tipo de cortinaje, esta vez sin que llegue al suelo, para no absorber el espacio inferior. Nos falta el sillón de lectura, el modelo lo dejamos a vuestro gusto, sillón orejero, de relax, un sillón con reposapiés a juego, una chailonge o un sofá Cherterfield de una plaza, todos ellos quedan espectaculares bajo la lámpara globo que figura cerca de la baranda de la escalera. Sólo nos queda poner una alfombra de estilo turco a los pies del asiento y una lámpara de pie para enfocar mejor la lectura. Estos detalles son suficientes para cambiar el concepto de este espacio. Una pequeña mesa auxiliar decorada con flores naturales aportará calidez y bienestar a nuestro nuevo espacio.
Ponemos color al baño
Para que la casa tenga una unión decorativa dimensional hacia el color, los textiles de este bonito baño se pueden utilizar en color turquesa, así se aúne el color de la planta baja con la alta. Si las largas cortinas de vértigo antes quedaban a la espera de pareja, el baño es muy buena opción para emparejarlas. Toallas, alfombras de baño y algún complemento en cristal en tonalidades similares que jugando con el color ocre las podremos colocar sobre unas estanterías voladas. Una mampara de cristal traslúcido es muy práctica aunque la bañera luzca mejor sin ella. En la pequeña terraza colocaremos macetas colgantes con fantásticas begoñas azules, en el interior un elecho dará frescor al baño.
Decoramos con cactus
Cualquier biólogo puede desmontar la leyenda de: con plantas no se duerme. Sin excedernos por supuesto. Este dormitorio necesita vida, así que delante del segundo ventanal decoraremos con macetones de cactus y daremos un nuevo aspecto a la habitación. Encima de la mesa de trabajo nos inclinamos por tres opciones diferentes: una pizarra gigante magnética, una estantería con cajones incorporados o varias fotagrafías en blanco y negro enmarcadas para personalizar la estancia. La pared enfrentada al escritorio la decoraremos con vinilos de estrellas negras y doradas.
Cambiamos de mobiliario y de revestimientos
En la pared del cabecero nos apetece decorar con papel pintado, de tendencia total son los motivos vegetales. Elegimos un motivo floral al estilo british, grandes rosas combinadas con bicicletas de primeros de siglo, un ambiente de casa de campo para coordinar con la moqueta de color lacre vibrante. El dormitorio carece de mesillas de noche y a nuestro parecer un mobiliario de color negro o gris plomo y de estilo retro hará juego con la cómoda blanca. Además colocaremos dos lámparas aplique de pared en metal dorado para conseguir efectos elegantes frente al mobiliario de IKEA.
El futbolín lo llevaremos a la terraza para jugar al aire libre y con las sillas del comedor nos quedaremos sólo temporalmente. Hemos dejado muchas ideas pendientes en estas prácticas, seguro que a vosotros también se os ocurren otras muchas combinando formas y tamaños, colores y mobiliarios, con las cuales seguir decorando este piso tan luminoso de Berlín.
Fotos | Fantastic Frank
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