Cuando hablamos de reciclaje pensamos por supuesto en un sin fin de objetos de plástico como botellas, así como muebles, textiles y muchos otros elementos y materiales de que poco a poco estamos integrando una dinámica de usos múltiples. La preocupación de proteger y limitar el daño en nuestro medio ambiente de por su en ruinas, nos ha llevado, a algunos por lo menos, a pensar en cómo darle varios ciclos de vida a un mismo objeto. Si bien no es tan complicado para cosas de la vida cotidiana, hubiera podido parecer un poco más complicado para una casa.
Y es justamente este reto que decidió aceptar el despacho de arquitectura Archetonic con Casa VITR en la Ciudad de México. La idea que prevaleció fue la de usar la estructura existente de una antigua casa abandonada para crear algo totalmente nuevo sin tener que destruir inútilmente para dar paso a este nuevo proyecto. Rompiendo con el estilo de muros altos detrás se los cuales se esconde la vida familiar, muy típico de muchas casas urbanas, Casa VITR se presenta más como un espacio abierto en el cual prevalecen la fluidez de la luz y la libre circulación entre los espacios.
Con un estilo de gran sobriedad y mucha modernidad, la construcción reúne elementos clásicos en este tipo de casa modernas con mucho cemento aparente, granitos, vigas de metal y grandes ventanales de vidrio. Todos estos elementos se conjugan de tal manera que ofrecen un resultado paradójicamente ligero que rompe con los estereotipos en la materia. Sin ser invasiva, la casa se vuelve así bastante discreto con su entorno natural de jardines arboleados.
Tal una escultura, Casa VITR nos recibe con espacios perfectamente definidos mediante módulos abiertos para zonas públicas mientras los espacios privados se reparten en los niveles superiores de manera igualmente muy ligera. Esa misma ligereza contrasta igualmente con el tamaño de la casa de mide unos 1200 metros cuadrados en tres niveles. Muy a pesar de la presencia de muchos materiales “pesados” como el cemento y el acero, el logro de este proyecto es hacernos sentir justamente esa ligereza de un ensamble sólido perfectamente anclado.
Para facilitar la integración del humano en este entorno los arquitectos han logrado crear un ambiente y estilo únicos con una alternancia entre los espacios interiores y exteriores. Mientras estamos en el interior tenemos un acceso visual hacia afuera sin que nos sintamos desprotegidos u observados. Desde la otra perspectiva, la intimidad del interior parece estar muy bien protegida si nos ubicamos en el jardín o las terrazas.
Los accesos a la casa son múltiples con una entrada principal que se configura a través de un patio con espejos de agua y árboles que nos dan la bienvenida de manera elegante y discreta a la vez. Me encantó la presencia de una larga cubierta que nos dan la sensación de un gran corredor exterior suspendido por el que circula la luz y el aire. Así mismo la presencia de un “roof garden” que le da ese toque adicional de frescura e integración a su entorno con una vista a la cima de los árboles me pareció una magnífica idea.
El estilo interior es por supuesto moderno y bastante minimalista sin perder su alma de casa-estudio en la que se puede vivir y trabajar de manera amigable y funcional. Aunque por momentos un poco intimidante, la presencia de granitos y cemento no deja de integrarse muy bien para ofrecernos espacios frescos al mismo tiempo que muebles y detalles decorativos aportan esa calidez indispensable.
De manera general, Casa VITR es un buen ejemplo de recuperación exitosa de un espacio pre existente para transformarlo en un lugar funcional y estéticamente bien logrado. Si el estilo arquitectónico moderno nos puede asustar en algunos momentos por su frialdad, este tipo de proyectos nos demuestran que no siempre es el caso. ¿Podrías vivir en una casa de este estilo?
Imágenes | Archetonic
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