Ho nos vamos hasta el barrio de Gracia de Barcelona para conocer este impresionante piso compartido de estudiantes que lleva la firma de Coblonal Interiorismo.
Un estudio que ha transformado una vieja finca de este barrio barcelonés para darle un aire moderno y sostenible, pero sin renunciar al sabor de las viviendas de esta zona de la capital catalana.
La vivienda, de 390 metros cuadrados distribuidos entre 4 plantas, ha sido habilitada para acoger a ocho estudiantes. Cada uno de ellos tendrá su propia habitación en suite con baño propio, además de unos atractivos espacios comunes.
En el proceso de reforma del espacio se optó de forma acertada por mantener buena parte de las paredes de obra vista, aprovechar los preciosos pavimentos originales y respetar la tradicional 'volta' catalana.
En lo que respecta al mobiliario, camas, escritorios, mesas o muebles de almacenamiento tanto de las habitaciones como de las zonas comunes se han diseñado a medida utilizando madera de pino. Las puertas también han sido fabricadas en este material.
Zonas comunes diseñadas pensadas en los millennials
Además de las habitaciones de cada estudiante, la vivienda cuenta con amplias zonas comunes para favorecer la socialización de sus habitantes, diseñadas de forma acorde con el estilo de vida de la generación millennial.
En este sentido, se ha creado una sala polivalente donde compartir estudio o hacer una partida a algún juego de mesa, además de otra sala con un gran televisor donde reunirse para ver el último episodio de la serie del momento o la final de la Champions en un cómodo sofá.
La cocina, amplia y luminosa, también ha sido realizada en madera de pino natural. Y cuenta con una isla cuya altura permite dividir el espacio sin cerrarlo a la zona de comedor. Es una cocina singular, ya que cuenta con fregadero, nevera, lavavajillas, horno y microondas por duplicado. También tiene armarios de despensa diferenciados. La gran mesa de comedor tiene capacidad para 12 comensales.
En la sala polivalente, se ha ideado una zona de almacenamiento aprovechando un hueco de la pared que, en armonía con todo el proyecto, se ha realizado a medida en madera de pino natural. También se han habilitado distintos espacios para charlar o tomar un café, en la terraza o a cubierto.
Los techos se han dejado en su original “volta catalana”, en algunos espacios como en la zona de comedor, se han pintado en blanco para generar mayor luminosidad, en otros se ha optado por mostrarlos en su estado natural.
Con la posibilidad de vivir en un piso de estudiantes así, dan ganas de volver a la universidad, ¿verdad?
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