Una labor ingrata pero totalmente necesaria, llegados a esta estación, es sacar los muebles y celosías de teca y ratán del jardín o la terraza y ponerlos en condiciones. En el mejor de los casos llevan un montón de meses amontonados en un garaje con una lona encima.(De los que los habéis tenido a la intemperie, ya hablamos otro día, porque estarán hechos un asquito, y a no ser que sean de una madera fenomenal, es posible que los hayáis perdido).
Lo primero es llenar un barreño con agua templada y un poco de jabón neutro, para así quitarles toda la porquería acumulada, las arañitas y otros okupas que hayan podido instalarse durante los fríos días de invierno. Con una esponja suave, (las de las carrocerías de los coches son estupendas) vas retirando polvo etc.
Posteriormente la secáis muy bien con un paño suave. Mejor que no se sequen al sol, que podría dañar las fibras. Entonces llega el momento de nutrir la madera con un buen aceite de los muchos que hay comercializados para esta labor. Aceite de linaza cocido, que da un bonito tono color miel o el aceite de teca que revitalizala la madera. No utilicéis vaselina de restaurador ya que estamos hablando de muebles para sentarse y aunque quedan muy bonitos y brillantes, tarda muchisimo en secarse.
Esperáis un par de horas y retiráis el sobrante que la madera no ha absorbido con un paño de algodón suave(las camisetas viejas son fantásticas para eso). Es importante asegurarse de que están bien secos antes de poner los almohadones o sentarse, no os olvidéis que es aceite la mancha no se quita de los textiles.
Después de esta sesión spa de limpieza y mimos, la madera, que es muy agradecida estará todavía más bonita que el día que la comprasteis, ahora sólo os queda disfrutar de vuestros muebles de exterior, mientras dure el buen tiempo.
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