Eres de los que aprovecha el dormitorio de invitados para poner un espacio de trabajo propio, un pequeño estudio donde trabajar o relajarte haciendo tus DIY's. Sin embargo estás harto de que el 90% del espacio se lo coma la cama de invitados mientras tu quedas relegado en un mísero rincón. Después de muchos años te has dado cuenta de que es absurdo tener un dormitorio para los invitados.
Ha llegado el momento de convertir tu cuarto de invitados en una DIY Room, un espacio propio para trabajar y hacer tus manualidades a tus anchas. De manos de Katy Orme del blog Apartment Apothecary veremos un genial ejemplo, donde se adapta al máximo el espacio a tus necesidades.
Identifica tus necesidades
Katy nos da tres consejos para diseñar nuestro espacio de trabajo en casa. Primero de todo, dedica el tiempo necesario a planificar el diseño del estudio, hasta que estés del todo convencido. Pregúntate qué uso le vas a dar al espacio, y ¿qué necesidades tienes?
Prepara una lista con todos los usos que le vas a dar, y lo que necesitas para llevar a cabo todas tus tareas, muebles, accesorios, sistemas de almacenamiento, planifica el mobiliario y el diseño en torno a esta lista. En el caso de Katy necesitaba un espacio donde poder cortar telas y tomar fotografías, así que colocó el escritorio en el centro de la sala con el fin de acceder a él desde todos los ángulos.
Necesitas un espacio para tus herramientas DIY, qué estén a mano y visibles, una estantería para libros de consulta, un foco para iluminar y tirar fotos, un espacio para el ordenador, un sistema de almacenaje para tus objetos miniatura, abalorios, cintas, washi tape, pinturas,...
Desordena para ordenar
Piensa en los espacios que necesitas en caso de hacer un proyecto en la que requieres de casi todas las herramientas, de esta manera identificarás tus necesidades de espacio, cual es la superficie de trabajo que realmente requieres.
Embellece el espacio
Finalmente añade objetos hermosos, piezas que te hagan sentir a gusto en tu nuevo estudio. Añade recuerdos, fotos, grabados e ilustraciones en tus paredes, portalápices de diseño y alguna piezas vintage para dar un toque hogareño al espacio.
¿Cómo escoger los colores adecuados?
Puede que esta sea la tarea más difícil de todas, si andas muy perdido puedes basarte en un proyecto que te guste para inspirarte. Otra opción muy práctica es inspírate en alguna pieza que tengas claro que va a ir en el estudio, un lapicero, silla, cojín o jarrón, lo que sea. Usa el color o colores de esta pieza para crear un esquema de color en tu estudio.
Y aplica estos tonos en pequeños muebles, lámparas, las patas de la mesa, taburetes, en ilustraciones, floreros, bolígrafos, libretas, lapiceros, cojines... Siguiendo el esquema creado.
Añade alguna pieza de calidad y también algún recuerdo, que no parezca todo demasiado nuevo, ni tampoco muy vintage, busca un equilibro con todos los accesorios y muebles. Y no te olvides de hacer algún DIY para tu estudio, como estas hermosas estanterías de piel suspendidas o estos farolillos de papel personalizados.
Vía | Liberty En Decoesfera | Antes y después: Hermoso dormitorio nórdico con vestidor visto