Lavarse los dientes es una rutina diaria, necesaria y recomendable. Y hay un detalle "técnico" que parece haber solucionado el cepillo de dientes que aquí mostramos.
Cuando tenemos la boca llena de espuma, y queremos enjuagarnos, o recurrimos a un vasito ad hoc o usamos nuestra propia manito como cuenco. ¿ Pero qué pasa cuando nos llevamos el cepillo en el bolso y nos lavamos los dientes fuera de casa ?
O tenemos que llenarnos la boca de agua directamente del grifo (puajjj! ) o, nuevamente, a usar nuestra manito.
Este cepillo, está diseñado de tal forma que, una vez que terminó su misión específica, lo damos vuelta y reconduce el hilo de agua hasta formar un surtidor limpito para llenarnos la boca con garantías y sin empapar nuestras manos.
Son esas sluciones simples que nos llevan a preguntarnos: ¿ cómo es que no lo inventaron antes ?
Vía | Amron Experimental
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Ignacio Rengel
Sé que no tiene nada que ver con el post (que me parece de lo más original)… Pero es que me encanta la forma en que decís "la manito" en el Cono Sur. Nada más :P