Mucha gente le critica al diseño de vanguardia el hecho de vivir de espaldas a las necesidades de quien lo va a utilizar. Yo siempre defiendo que esto no suele ser así, que un buen diseñador tiene en cuenta no sólo el aspecto estético, sino también el práctico. Lo que ocurre es que a veces hay diseñadores no han limpiado un lavabo en su vida.
Lo digo más que nada porque no hay otra manera de explicar este lavabo lleno de surcos que recrean la city londinense a la vez que se asemejan a un entramado de acantilados del oeste norteamericano. Bonito es un rato largo, ha captado mi atención nada más verlo, pero el amo de casa que llevo dentro enseguida se ha rebelado preguntando: ¿Cómo piensas limpiar eso?
Y es que el lavabo es una de las cosas que con más frecuencia debemos limpiar. Restos de jabón, espuma de afeitar, pelos... en fin, no parece el lugar más adecuado para un diseño lleno de recovecos inalcanzables tallados en madera, el material higiénico por antonomásia (nótese la ironía).
No tengo nada en contra de Julia Kononenko, su creación me parece preciosa, aunque quizás la destinaría mejor como base para una mesa de centro o una mesita de noche, con un cristal encima para evitar que se llenen de suciedad las calles de la ciudad. Como lavabo, sería un suplicio.
Vía | Yanko Design En Decoesfera | Baños con auténticos jardines dentro
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