Cuenta la historia que en la antigua Grecia dos pintores rivales, Zeuxis y Parrhasios decidieron competir entre sí pintando una obra que pareciese real. Zeuxis pintó una reproducción de parras repletas de uvas, tan apetitosas que los pájaros bajaban a picotearlas. El segundo pintor trajo su obra tapada con una cortina y pidió a su rival que la destapara. Cuando Zeuxis fue a descorrerla comprendió que había perdido el reto porque ¡la cortina era la propia pintura!.
Un trampantojo (o «trampa ante el ojo», también llamado trompe l'œil , expresión francesa que significa «engañar al ojo») es, según la wikipedia, una técnica pictórica que intenta engañar a la vista jugando con la perspectiva y otros efectos ópticos.
Esta antiquísima técnica ha estado presente en toda la Historia del Arte a través de su evolución y hoy en día continúa más vigente que nunca.
Los trampantojos suelen ser pinturas murales realistas creadas deliberadamente para ofrecer una perspectiva falsa. Pueden ser exteriores, en muros de edificios, o interiores, representando muebles, ventanas, puertas o escenas más complejas de paisajes.
No dudéis aprovechar este excelente recurso en vuestras casas para dar profundidad a un pasillo, poner un jardín en el comedor o incluso tener una cocina con vistas al mar como la que ha pintado nuestro lector Pedro Pedreira.
Más información| Johina García-Concheso, Guillermo Lipperheide, Gleis
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