Si tuviera que elegir un mueble representativo del diseño del siglo XX, escogería sin dudarlo las sillas de Bertoia. El concepto es claro: hacer una silla ergonómica, moderna y práctica a la vez. Y si a eso le añadimos la simplicidad de la Bauhaus, obtenemos una de estas piezas que casi parece una escultura.
El precio de estas sillas puede parecer elevado (cada una cuesta más de 200 euros) pero puede merecer la pena si lo que buscamos es una pieza única que dé personalidad propia a nuestros salones. En la década de los 50, Harry Bertoia diseñó una serie de cinco piezas que se han hecho mundialmente famosas. Para mí, su mejor pieza es la Diamond Chair, hecha de varillas de alambre pero muy robusta, que fue patentada por Knoll International en 1952.
Hoy en día se siguen fabricando sillas con sus diseños y hay muchas imitaciones, lo que las hace asequibles a todos los bolsillos. En palabras del propio diseñador:
“Si miras a estas sillas, están hechas principalmente de aire, como las esculturas. El espacio pasa a través de ellas”.
Vía | DesignAddict