Ya habíamos hablado de lo deprisa que crecen los niños sin que nos demos cuenta y de lo que poco que nos van a durar esas preciosas pinturas infantiles en las paredes de su habitación. Aunque nadie ha contestado a mi pregunta sobre las alternativas yo sigo erre que erre y os traigo una más, a ver que os parece.
No, no son vinilos decorativos, que ya se nos salen por la orejas. Se trata de una idea que he visto en Design Sponge, remitida por una lectora que vive en una casa de alquiler y no le permiten pintar las paredes de la habitación a su gusto.
Ella ha elegido unos motivos de Winnie the Pooh que ha dibujado y recortado sobre una plancha de espuma. Después los ha cubierto con las telas que le han parecido más adecuadas para cada personaje y las ha pegado con spray adhesivo. Para colgarlos en la pared ha utilizado cinta 3M de esas que no dejan huella.
Tu puedes elegir el motivo que más te guste y utilizar diferentes bases como contrachapado, cartón o corcho blanco. Para cubrirlos lo puedes hacer con restos de papeles pintados, trozos de retales o papel de regalo. Es una manualidad decorativa barata, fácil y sostenible.
... Y además mágica. Tu hijo estará encantado porque todos los días los personajes pueden cambiar misteriosamente de lugar.
Vía| Design Sponge