Aunque las temperaturas en la calle son más elevadas de lo normal para esta época del año, lo cierto es que en el interior de las casas se nota fresco. Sobre todo cuando llega la noche y nos tumbamos en el sofá con la mantita, o cuando vamos a acostarnos.
Si tenemos peques en casa, ese frescor es más que patente mientras juegan, hacen los deberes, o en el momento del baño. Por eso es el momento de poner a punto la calefacción para dar un calentón y subir algo la temperatura para que ganar en confort y calidez.
Para que el rendimiento de la calefacción sea óptimo y no gastemos más de lo necesario, es importante mantener en buen estado los radiadores, o lo que es lo mismo, que el radiador tenga un buen equilibrio térmico. Normalmente, se suele acumular algo de aire en el interior del radiador, y ese es un problema para su funcionamiento.
¿El motivo? El aire que se acumula en el interior forma una barrera que obstaculiza el flujo de aire caliente, lo que impide una distribución adecuada del calor llevando a que nuestra calefacción no sea tan eficiente como debería. Y eso, conlleva un aumento del gasto energético y una perdida del confort. Además, ese aire que se acumula en el interior puede provocar ruidos similares a los golpes, gorgoteos, y a la larga, provocar corrosión y daños graves en los radiadores.
Para evitar este problema, no queda otra que purgar los radiadores al comienzo de la temporada. Para purgar los radiadores puedes utilizar una llave para radiadores, aunque durante décadas se ha hecho este proceso utilizando un truco muy sencillo: con una moneda.
Antes de nada, deberás asegurarte de que la calefacción está fría y apagada. Una vez comprobado esto, tendrás que cerrar la llave de paso de agua al radiador para evitar fugas. El siguiente paso será colocar un balde en el suelo para recoger el agua que se pueda escapar al abrir la válvula.
Coge la llave para los radiadores, o en su defecto, una moneda. Encájala, y gírala en sentido contrario a las agujas del reloj. Entonces, escucharás un sonido como que el aire está saliendo del radiador. Conforme sale el aire, también saldrá algo de agua, algo normal dentro de este proceso.
Cuando veas que sale agua sin burbujas de aire, cierra la válvula girando en sentido contrario. Ya solo te queda encender el agua, y poner la calefacción. Verás la diferencia a la hora de calentar la casa y el optimizar el gasto energético de tu hogar.
Fotografía | Eduard en Unsplash
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