Este tipo de pastas horneadas, elaboradas con aceite de oliva y aromatizadas con anís y vino, son muy típicas en países mediterráneos. Con pequeñas variaciones según cada región, tienen algo en común: muy fáciles de hacer y peligrosamente adictivas.
Inspiradas precisamente en una receta tradicional italiana, hemos usado aceite de oliva virgen extra español y un poco de Chinchón dulce para potenciar aún más el aroma anisado. Si no tenéis en casa, podéis emplear solamente vino blanco en su lugar.
Precalentar el horno a 180ºC y preparar un par de bandejas engrasándolas o cubriéndolas con papel especial para hornear. Colocar la harina en un recipiente amplio y mezclarla con la levadura química y la sal. Formar un hueco en el centro y echar el aceite de oliva, el vino blanco y el anís dulce.
Trabajar todos los ingredientes hasta conseguir una masa homogénea. Añadir las semillas de anís al gusto y amasar con las manos para distribuirlas bien. La masa debe ser lisa y suave, húmeda y maleable pero no pegajosa. Añadir más vino o harina para ajustar la consistencia.
Tomar pequeñas porciones de masa y darles forma de cilindro fino, de unos 10-14 cm de largo y no más de 0.5 de ancho. Unir los extremos para formar roscos y rebozarlos con cuidado en el azúcar. Distribuir las rosquillas en las bandejas. Hornear durante unos 20 minutos, hasta que se hayan dorado. Dejar enfriar sobre una rejilla.
![Rosquillas](https://i.blogs.es/c923d9/1366_2000-7-/450_1000.jpg)
Con qué acompañar las rosquillas de anís y vino
Estas rosquillas dulces de anís y vino con aceite de oliva son muy aromáticas y crujientes, perfectas para acompañar una taza de café, té o una copita de licor dulce. Si se guardan en un recipiente hermético aguantan muy bien durante varios días.
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