Hace dos semanas lanzábamos una encuesta para saber que importancia tenía para vosotros, lectores, la decoración de vuestros lugares de vacaciones, hoteles, apartamentos... en definitiva, los enclaves en los que discurren nuestros días de ocio. Puede parecer un tema baladí, pero como hemos podido concluir de vuestras respuestas, es un asunto importante para una gran mayoría.
La mitad de los lectores que han participado en la consulta, un exacto 50%, consideran importante la decoración cuando salen de sus casas para disfrutar de unas vacaciones. Estos, unidos al 44% que prefieren encontrar un decorado cuidado, aunque no lo consideran una cuestión importante, son la gran mayoría, ya que solo para el 6%, esta es una cuestión sin importancia.
Los lectores, además de votar, han comentado en la comunidad. Así podemos ver cómo Ivan_2009 sugiere que los hoteles cuenten con una ficha personalizada de cada habitación, con fotos y planos, detalle que ayudaría a evitar muchas sorpresas innecesarias. Nos remite a un enlace de un hotel de Nueva York en el que se hace así.
No hace falta ir tan lejos; en algunos establecimientos más cercanos ya se puede encontrar este servicio, son hoteles y alojamientos que saben venderse bien y están orgullosos de sus instalaciones.
Como bien nos apunta Morthylla, algunos alojamientos lucen en sus páginas web imágenes de habitaciones que luego no se corresponden con las que nos asignan. Esta es una práctica muy habitual y que decepciona sobremanera al huésped, que seguro no repetirá ni recomendará ese hotel.
El gusto por el trabajo bien hecho no es patrimonio de todos, y es una pena que un sector como el de la hostelería, cuya razón de ser es el cliente, juegue estas malas pasadas a los usuarios.
El año pasado, en un viaje a París, tuvimos una más que desagradable sorpresa al llegar al hotel, que se anunciaba como recién reformado y no era precisamente barato. En su web presumían de unas habitaciones correctas y bien equipadas, que en la práctica resultaron ser un desastre con el colchón viejo y roto, y una estantería por armario. Ante un viaje de tres noches, decidimos echarle buen humor al asunto y no empañar la estancia con reclamaciones y cambios de alojamiento que hubieran consumido todo nuestro tiempo. Precisamente de eso se aprovechan en estos lugares, ya que juegan con nuestro tiempo, dinero, ocio y descanso.
Lo que queda claro es que esta es una cuestión que tiene su importancia, y mientras unos negocios ya han tomado nota sobre ello, adecuando la oferta a la demanda, otros todavía persisten en la dejadez o el engaño.
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